Reflexión para hoy:

     

viernes, 24 de diciembre de 2010

La Zona Gris




Nacionalsocialismo y Comunismo son variantes ideológicas del socialismo que arrasan sociedades hasta hundirlas en la miseria y el caos. Ambas se basan en la aplicación de la ingeniería social; utilizando herramientas como el adoctrinamiento y el terror, imprescindibles para poder perpetuarse.

El nacionalsocialismo de HItler gaseó a millones de seres humanos, la mayoría judíos. El marxismo soviético de Stalin exterminó a millones de campesinos que se oponían a la expropiación de sus tierras. El comunismo camboyano de Pol Pot redujo la población en un 25% en su particular genocidio protagonizado por los Jemeres Rojos para crear la sociedad perfecta.

Hablando de judíos, además de los medios de masas manipuladores siempre hay estúpidos que con facilidad reproducen los viejos estereotipos antisemitas creados por la propaganda sectaria. En la cabeza de esos mediocres rebosa el sentimiento de indignidad moral hemipléjica y catalogan siempre a los mismos de buenos y a los otros de malos.

Esos memos suelen echarse las manos a la cabeza indignados cuando visionan películas sobre los campos de exterminio de la Alemania de Hitler en los que se gasean e incineran judíos. Son los mismos idiotas que ahora no quieren enterarse que los vecinos de Israel aspiran para el pueblo hebreo lo mismo que anhelaba ese sanguinario régimen nacionalsocialista.

Esos imbéciles suelen manifestar su espanto y critican el comportamiento defensivo del ejército de Israel. Pero lo que realmente produce aversión son ellos y esos terroristas de Hamás lanzando misiles para luego parapetarse entre sus hijos y, algunos, entre sus cuatro esposas.

No hay duda de que si Israel mantuviera una política débil, sería enseguida arrasada. Sería un segundo holocausto.



Recordemos dos frases que manchan de sangre a una sociedad:

Año 1939, "Un judío, independientemente de su edad, es claro que es un ser vivo; ahora bien, no puede afirmarse que sea un ser humano, no hay base científica para ello". Adolf Hitler (Partido Nacionalsocialista Alemán)



Año 2009, "Un feto es un ser vivo, pero no puede ser un ser humano porque eso no tiene ninguna base científica". Bibiana Aído (Partido Socialista Obrero Español)






En cuanto a la película, la historia se centra en la mezquindad del comportamiento humano, tanto de los guardias del campo de concentración de Auschwitz, como de los integrantes de ese comando especial de prisioneros judíos encerrados en dicho campo, que ayudaban en el exterminio de sus compañeros judíos a cambio de conseguir unos meses más de vida.






Visionar otras películas

sábado, 18 de diciembre de 2010

Historia contemporánea de España



Es un hecho que sin libertad no existen hombres sino vasallos, y los vasallos no tienen patria, tienen amo.

Aquellos liberales de 1808 se percataron de esto y de que la rebelión popular, en la que muchos españoles dieron su vida por la Patria, tuvo como fundamento el anhelo de Libertad e independencia.

Es posible que, Incluso en aquella época, la gente del pueblo llegara a comprender que sin Libertad no había patria, y entiéndase por patriotismo lo que bien dice mi amigo Mario:

No hay que confundir el nacionalismo de orejeras y su rechazo del “otro”, siempre semilla de violencia, con el patriotismo, sentimiento sano y generoso, de amor a la tierra donde uno vio la luz, donde vivieron sus ancestros y se forjaron los primeros sueños, paisaje familiar de geografías, seres queridos y ocurrencias que se convierten en hitos de la memoria y escudos contra la soledad. La patria no son las banderas ni los himnos, ni los discursos apodícticos sobre los héroes emblemáticos, sino un puñado de lugares y personas que pueblan nuestros recuerdos y los tiñen de melancolía, la sensación cálida de que, no importa donde estemos, existe un hogar al que podemos volver.

Fueron aquellos liberales los primeros en entender que la revuelta popular sería la simiente que podría transformar el antiguo régimen, haciendo posible el concepto de Nación como sujeto de la soberanía popular, es decir, una nación de ciudadanos y no de siervos.

Aquellos liberales de 1808 estaban convencidos de que la tiranía era la causa de la degeneración y la miseria social. Por ello la regeneración de la patria pasaba por la reivindicación de la Libertad, que fue plasmada en una Constitución Liberal, la de 1812, “La Pepa”; como así la llamaba el pueblo castizo. En eso consistía el patriotismo liberal que consolidaron aquel puñado de hombres adelantados a su tiempo, en la batalla por transformar la feudal nación española en otra moderna de ciudadanos libres e iguales, porque ¿Qué era España en aquel año? Un reino, o sea, el patrimonio de la familia real. De ahí que aquella Constitución de Cádiz determinara que: "La Nación española es libre e independiente, y no es ni puede ser patrimonio de ninguna familia ni persona".

Fueron aquellos liberales, con entusiasmo heroico, los que impulsaron la Constitución de 1812. Ley de leyes que limitaba al Estado, que otorgaba la soberanía al pueblo, que reconocía los derechos fundamentales de los ciudadanos y que separaba los tres poderes de los que habló tanto Monsieur Montesquieu. El texto liberal de Cádiz fue un golpe para las mentes ancladas en el pasado feudal, tanto españolas como europeas, no por su espíritu revolucionario, sino por su capacidad de movilización y aspiraciones.

Lamentablemente muchos de los propósitos de aquellos liberales siguen vigentes en las mentes de los verdaderos liberales del siglo XXI, porque seguimos reivindicando la deseada separación de poderes, una nación de ciudadanos libres e iguales, es decir, sin discriminaciones positivas o negativas, sin discriminaciones de partido, de raza, idioma, sexo o religión.

No debemos olvidar que la conquista de la Libertad en la Constitución de 1812 supuso un éxito fugaz, porque pronto fue socavado por el despotismo real del indeseable y perverso monarca Fernando VII, ¡Borbón por supuesto!, en el que confiaron aquellos ingenuos liberales antes de perecer en el paredón o pudrirse en la cárcel.

Quizás, en aquellos años el pueblo español estaba aún contagiado del cáncer del antiguo régimen y aquellos liberales no hicieron otra cosa que adelantarse a su tiempo. Fue un primer paso por la lucha de la Libertad; no definitivo, pero sí irreversible, al que se opusieron implacablemente los liberticidas de la época.

Es obvio, que ser liberal en España siempre ha sido una tragedia y una fuente inagotable de desengaños puesto que, en todo momento, los liberales hemos combatido en dos frentes a la vez; por un lado contra los liberticidas de izquierdas o pseudoprogresistas relativistas; y por otro, contra los liberticidas de derechas o caciques mercantilistas.

Cuando aquellos cándidos liberales proclamaron la Constitución de Cádiz pensaron que en el futuro todo iba a resultar fácil y que su penosa patria, hasta entonces, dejaría de serlo e iluminaría el Universo. Se equivocaron, entre otras cosas, por no valorar adecuadamente a esos dos enemigo de la Libertad.

En los siguientes años España se iluminó, claro que sí, pero a causa de los fogonazos de los fusiles en pronunciamientos cuarteleros, en los conflictos bélicos de ultramar y en los fusilamientos sumarios al amanecer. Los años posteriores fueron tiempos de maquinaciones, de perjurios, de deslealtades, de la vuelta al absolutismo clásico protagonizado por el Borbón Fernando VII, el felón.

Sin embargo, a pesar de no dudar personalmente que la sociedad española, en cuanto a su mentalidad, no en calidad de vida, aún sigue anclada en el rancio pasado del “¡vivan las “caenas”!; Los liberales asilvestrados como yo debemos continuar con esa gallardía bizarra que empujó a aquellos héroes anónimos de 1808 en la búsqueda de la Libertad. Esa Libertad que tantas zancadillas ha recibido de los liberticidas, de todo signo y color, durante los últimos siglos que conforman la historia contemporánea de nuestra patria, España. Porque sin Libertad no hay patria.






DE LA RESTAURACIÓN A LA GUERRA CIVIL
































domingo, 12 de diciembre de 2010

El perverso neomarxismo gramsciniano





Las nuevas artimañas de los liberticidas están encaminadas a ganarse el imaginario social. Están orientadas a la transformación de la conciencia política y cultural, sustituyendo la visión del mundo tradicional por un neomarxismo pseudodemócrata y relativista como paso previo e imprescindible para la creación del nuevo orden socialista del siglo XXI.

Ya lo dijo el demagogo Antonio Gramsci: “Es necesario primero transformar radicalmente el alma humana para que el poder caiga en manos de la izquierda, como fruta madura”.

Los socialistas han comprendido que su añorada revolución de trincheras no podía funcionar en el siglo XXI, entre otras cosas, porque la calidad de vida en el mundo ha mejorado. Existe menos miseria que en el pasado gracias a que la libertad y el mercado libre se abren camino rápidamente gracias a la globalización; sin perjuicio de que la ciudadanía, con un simple “clik” de ratón, tiene a su alcance toda la información; por lo que ahora, a diferencia de tiempos pasados, es más difícil de engañar al populacho.

Es difícil empujar a las masas a la “lucha final” por una perversa causa revolucionaria cuando la mayoría de los ciudadanos viven bien y no puedes utilizar la ignorancia y la miseria para manipularles. También es complicado recurrir a la demagogia cuando la gente dispone de pluralismo de opinión no controlada por el poder, como la que te facilita internet.

Para combatir esto, los liberticidas tienden a infiltrarse en el sistema, corromperlo desde dentro y dar un vuelco social sin que nadie lo perciba, salvo tipos asilvestrados como yo y los que siguen ésta bitácora, que vamos por delante de ellos.

Esa maldita tarea subversiva y corrupta la protagonizan fundamentalmente los "intelectuales orgánicos" del nuevo socialismo. Me refiero a esos subvencionados titiriteros vociferantes de la pseudocultura de la “pasta” y a esos mercenarios lameculos de los medios de comunicación que pisotean sin piedad el honorable oficio de periodista. Oficio que consiste básicamente en la búsqueda de conocimiento y la transmisión veraz de la información, algo fundamental para que los ciudadanos que viven en las verdaderas democracias puedan orientarse. En el aspecto económico el hediondo y obsoleto keynesianismo ha cumplido a la perfección la tarea liberticida.

Los neomarxistas tienen la imperante necesidad de subvertir el sistema de valores tradicionales basados en el respeto, el esfuerzo y la excelencia; como elemento previo e imprescindible para el éxito de su ideal socialista. Ellos pretenden erosionar las bases de nuestro sistema de vida y hacer posible su sueño totalitario en el que la familia, el derecho a nacer y vivir la senectud, la propiedad privada y la moralidad acaben siendo vestigios del pasado. Ellos necesitan ganar para su pérfida causa al sector intelectual, al religioso, al cultural, al educativo, o sea, a los sectores con más dinamismo de ideas; todo con el propósito de asegurarse que, en varias generaciones, se transforme de forma radical el esquema social dominante que tanto progreso y desarrollo ha traído a los países más prósperos y libres.

Ellos se empeñan en infundir en los jóvenes el odio al tradicional sistema de valores, la moda de la contracultura, el pacifismo rosa, el ecologismo engañabobos, el estúpido antiamericanismo, la imposible alianza de civilizaciones, el falso buenismo y demás gilipolleces encuadradas en lo políticamente correcto.

Actualmente los nuevos liberticidas coinciden plenamente con los propósitos del marxismo del siglo pasado, que se basan en la creación de una nueva sociedad moldeada según los criterios de la ingeniería social. Lo único en lo que difieren de los viejos socialistas es en la forma de conseguir tales objetivos, sin ser ya necesario recurrir al AK-47, ¡por ahora!.

Los liberticidas tienen una necesidad imperiosa de conquistar la hegemonía cultural antes de intentar acabar completamente con la Libertad del individuo; de contaminar las fuentes de formación e información de los ciudadanos; de revolucionar sus costumbres; de ostentar el dominio ideológico en la escuela, universidades y medios de comunicación; de sentar las bases para el acceso al poder mediante la demolición de las creencias, de las referencias éticas y los códigos morales.

Los liberticidas del siglo XXI únicamente pretenden hacer realidad la doctrina de Gramsci y Lukács, esos marxistas, que idearon el “terrorismo cultural”, es decir, la necesidad de llevar la lucha de clases al campo de la cultura de masas.

Sin embargo, aparte de un puñado de anarcoliberales asilvestrados como yo, siempre han tenido un significativo rival milenario y consolidado, que no es perfecto, pero que muchas de sus buenas obras garantizan su continuidad futura. Ese rival es la Iglesia católica. Por eso, siempre han combatido a muerte las creencias religiosas cristianas incluso llevándose por delante a inocentes monjitas; por eso deben infiltrarse también en la propia Iglesia.

Existe un precedente. Es lo que sucedió con la denominada "Teología de la Liberación" en la que prevalecía la defensa del socialismo. Esta teoría fue promulgada por los jesuitas, sobre todo en Latinoamérica, empujando a los católicos a abrazar el marxismo-leninismo. El invento consistía en una particular doctrina que reuniera a los grupos de base y a los movimientos clericales contestatarios con la idea de crear una nueva Iglesia que defendiera a los más humildes a la vez que destruyera a la vieja jerarquía entregada a ese denostado capitalismo que tanto odian los liberticidas, sobre todo por haber sido la economía de mercado capaz de sacar de la miseria a millones de seres humanos sin necesidad de socialismo. Y en eso están.

Pero también parte de la iglesia tiene mucha culpa de que los liberticidas cumplan su objetivo. Sobre todo esa iglesia casposa que echa a patadas de sus “ondas” a comunicadores honestos y de principios sólo por querer más Libertad para la ciudadanía y menos Estado intervencionista siempre en manos de los parásitos de la política.

¡Por esto, estimados seguidores de esta humilde bitácora, os vuelvo a recordar que actualmente la batalla para defender vuestras libertades se libra en el terreno de la opinión pública!

Ganar la opinión pública exige, por una parte, una crítica incisiva y veraz del poder totalitario enmascarado en la democracia, y por otra, una alternativa capaz de atraer a la mayoría de la ciudadanía, hacerla recapacitar y motivarla para que reflexionen; liberándose del sueño anestésico perverso al que ha sido sometida por esa caterva de políticos populistas liberticidas gramscinianos.

martes, 7 de diciembre de 2010

Tema 16. Los precios. Competencia y monopolio

LOS PRECIOS

1/6. Valoración y tasación


2/6. El cálculo de costes


3/6. Principio general de los costes


COMPETENCIA Y MONOPOLIO

4/6. Competencia: la definición correcta y la errónea.

Texto de referencia: Competencia y monopolio, Israel M. Kirzner. Lecturas de economía política



5/6. Monopolio: la definición correcta y la errónea.


6/6. Crítica a la llamada "ley de defensa de la competencia"

TOM SMITH Y LA INCREÍBLE MÁQUINA DE HACER PAN

(R.W. Grant)

Esta peregrina historia
trata del buen Tom Smith
que le quitó el hambre al mundo
y pasó de héroe a vil

Tom fabricaba juguetes
eran su especialidad
por eso a todos asombra
cuando se pone a hacer pan.

La máquina que ha inventado
no es de poco más o menos:
hace el pan casi de balde,
en rebanadas y envuelto.

¿Imagináis el milagro?
¿Calculáis las consecuencias?
Al fin come el mundo entero
gracias a Smith y su ciencia.

Le recibe el Presidente,
todo el mundo le festeja,
y honores y distinciones
llueven sobre su cabeza.

Pero ¿hay algo tan voluble
como la cochina fama?
De Tom, héroe hoy,
nadie se acuerda mañana.

El tiempo vuela; y Smith,
aunque se ha hecho millonario,
no es ya nadie para quienes
comen su pan a diario.

"¿De dónde viene ese pan?"
le preguntáis a la gente;
y ellos comen y se extrañan:
"¡Ah!, ¿pero no lo hubo siempre?"

La verdad es que eso a Smith
no llega a quitarle el sueño,
pues piensa:"Todo va bien:
yo rico y ellos contentos"

¿Qué todo va bien, Smith?
No contabas con la huéspeda.
Si no, ved lo que pasó
a partir de aquella fecha

en que, al subir los impuestos,
y aun sin irse de la mano,
tuvo que subir el pan
¡Ahora cuesta ya un centavo!

"¿Qué pasa?", clama la gente.
"¿Qué pretende el muy infame?
¿Quiere apilar más millones
a costa de nuestra hambre?"

(Vean su caricatura
-gran panza, hocico porcino-
quitando el pan de la boca
a un famélico chiquillo.)

Como el Pueblo es lo primero,
nadie lo podrá discutir
que en asuntos de esta clase
a él le toca decidir.

Intervienen presurosos
los agentes del gobierno,
y lo que encuentran les pasma:
El "trust del pan", nada menos.

La cosa se pone seria,
y, curándose en salud,
Smith decide pasarse
por la oficina antitrust.

Allá va, sombrero en mano:
"Les han engañado a ustedes.
No he quebrantado la ley".
Pero el funcionario advierte:

En época tan compleja
no basta la ley, hermano.
Es mucho más eficaz
dejarlo de nuestra mano.

Y por si usted no se encuentra
ducho en estos menesteres,
le diré cuál es la norma
para que de una vez se entere:

Aumento ilegal de precio
es cobrar más que un colega,
pero si cobra usted de menos
es desleal competencia.

Y téngalo bien presente,
no haya en esto confusión:
Si cobran todo lo mismo
será confabulación.

Debe competir, es cierto,
pero ande con pies de plomo,
pues si conquista el mercado
¡qué más claro monopolio!"

¿Precio abusivo o escaso?
El uno al otro no quita.
Si el Bien Público está en juego,
¿por qué no la parejita?

Y, pues no cuesta trabajo,
a mayor abundamiento
le añaden el monopolio.
¡Hay que hacer un escarmiento!

"¡Cinco años!" truena el juez
"y bien pudieran ser más.
Hay que enseñar a esta gente
respeto a la sociedad".

Ahora el pan lo hace el gobierno,
y -no es preciso decirlo-
todo está bien controlado
y el público protegido.

Claro que el pan sale a dólar.
Pero el Estado lo vende
a medio centavo. (El resto
Lo paga el contribuyente.)







VOLVER A LA PRIMERA LECCIÓN

domingo, 5 de diciembre de 2010

Los gritos del silencio





En Camboya tuvo lugar el experimento de ingeniería social más atrevido y radical de todos los tiempos. Fue el socialismo llevado a su consecuencia lógica, a su mayor extremo. El dinero desapareció y la colectivización integral se llevó a cabo en sólo dos meses. El gobierno socialista del Angkar duró tres años y ocho meses y sembró de cadáveres el país. El fatal resultado del experimento socialista fue el de dos millones de muertos para una población total de ocho millones.

En la nueva Kampuchea democrática no había cárceles, ni tribunales, ni universidades, ni institutos, ni moneda, ni deporte, ni distracciones… En una jornada de veinticuatro horas no se toleraba ningún tiempo muerto. El país era un inmenso campo de concentración. Ya no había justicia. Era el Angkar el que decidía todos los actos de la vida de los ciudadanos.

El líder de esta pesadilla, Pol Pot, así como sus Jemeres Rojos iniciaron en 1970 una guerra civil apoyada por el gobierno de Ho Chi Minh. Ya entonces, mostraron su extrema crueldad. No sólo los prisioneros fueron maltratados y ejecutados, sino que también fueron encarcelados sus familias, reales o inventadas, monjes budistas, gente sospechosa en general, supuestos intelectuales sólo por el hecho de saber leer o tener gafas que posibilitaban la lectura. Los malos tratos, el hambre y las enfermedades acabaron con casi todos ellos y, desde luego, con la totalidad de los niños detenidos.

En las prisiones se numeraba y fotografiaba a las víctimas antes de su ejecución. Si el torso estaba desnudo, el papel con el número se sujetaba con un imperdible clavado en la piel.

El terror que se vivió en la guerra no era más que el preludio de lo que llegaría después de finalizar el conflicto bélico el 17 de abril de 1975, con el triunfo de Pol Pot. La primera medida fue el desalojo de los más de 3 millones de habitantes de las ciudades. Esto provocó la división entre "viejos" (los campesinos de siempre) y "nuevos" (los habitantes de las ciudades reconvertidos), de los que estos últimos se llevarían la peor parte de la represión que vino más tarde.

La Kampuchea democrática dejó en sus supervivientes una pérdida completa de valores. La supervivencia exigía la adaptación a las nuevas reglas del juego, de las cuales la primera era el desprecio a la vida humana. "Perderte no es una pérdida. Conservarte no es de ninguna utilidad", según rezaban los manuales del Angkar.

Pol Pot anunciaba un futuro radiante en sus discursos. Prometía pasar de la tonelada de arroz por hectárea y año, a tres en un futuro breve. El arroz se convirtió en el monocultivo. Los mandos obligaban a trabajar sin descanso a sus esclavos asignados para mejorar la reputación entre sus superiores. En algunos extremos se llegaba a jornadas de 18 horas, en la que los hombres más robustos eran los que padecían mayores exigencias y, en consecuencia, morían antes.

No obstante, la planificación central y el desprecio por la técnica (sustituida por la educación política) destruyeron la hasta entonces siempre próspera cosecha arrocera camboyana. Para finales de 1976 se calculaba que la superficie cultivada era la mitad que antes de 1975. El hambre era inevitable y, con él, la deshumanización y el sometimiento al Angkar. Aunque quizá menos extendido que en la China del "Gran Salto Adelante", el canibalismo se convierte en costumbre.

La familia era considerada una forma de resistencia natural al poder absoluto del Partido, que debía llevar al individuo a una dependencia total del Estado. Por tanto, las familias eran separadas y la autoridad paterna castigada: la educación era responsabilidad exclusiva del Angkar. Los sentimientos humanos eran despreciados y considerados un pecado de individualismo. Sólo por intentar ayudar a alguien se recibía una paliza puesto que según el Angkar: "No es deber de nadie ayudar, al contrario, esto demuestra que todavía se tiene piedad y sentimientos. Hay que renunciar a esos sentimientos y extirpar de la mente las inclinaciones individualistas."

Los ciudadanos pertenecían al sistema, no a sí mismos. Su vida era totalmente regulada. Había que evitar cualquier fallo, incluso involuntario: un resbalón, la rotura de un vaso; no podían ser un error sino una traición contrarrevolucionaria que conducía a un castigo seguro. A veces la muerte, otras la flagelación, que en los más débiles era equivalente. Los niños también espiaban a los mayores en busca de culpabilidades reales o inventadas.

No había muertos, esa palabra era tabú, ahora tan sólo existían cuerpos que desaparecían. "Basta un millón de buenos revolucionarios para el país que nosotros construimos", se rezaba en las reuniones de los Jemeres Rojos. El destino de los demás era evidente. La muerte cotidiana era lo frecuente; curiosamente los casos considerados graves eran los que iban a prisión, donde se obligaba con tortura a la delación y, finalmente, se ejecutaba a los presos.

Un detenido por el crimen de hablar inglés cuenta como fue encadenado durante meses con unos grilletes que le cortaban la piel. El desmayo era su único alivio. Todas las noches los guardias se llevaban a varios prisioneros a los que nunca volvían a ver.

Los niños no se libraban de la crueldad del sistema carcelario. Muchos eran encarcelados por robar comida. Los guardianes los golpeaban y les daban patadas hasta que morían. Los convertían en juguetes vivos colgándolos de los pies, luego trataban de acertarles con sus patadas mientras se balanceaban. A otros, en una marisma cercana a la prisión, los hundían y cuando empezaban las convulsiones, dejaban que apareciera su cabeza para sumergirlos de nuevo y así se extendiera la agonía que, para ellos, era normal aplicar a los contrarrevolucionarios.

En los campos, lo que causaba terror era la incertidumbre o el misterio que rodeaban las innumerables desapariciones. Los asesinatos se llevaban a cabo a discreción.

Para ahorrar balas y gastos al Estado socialista, sólo un 29% de los condenados a muerte eran fusilados. El 53% moría con el cráneo aplastado por una piedra, el 6% ahorcado, el 7% ahogado en el agua y el 5% apaleado. Todos los cadáveres eran luego usados como abono para los arrozales.

¡¡ Pura eficiencia socialista de los recursos naturales y medioambientales!!.
¡¡Puro equilibrio presupuestario al estilo más socialista!!


En cuanto a la película, la historia se centra en la Camboya de agosto de 1973.

Ya se ha producido la declaración oficial del fin de la guerra en Vietnam pero el conflicto se ha extendido a Camboya, donde los "Jemeres rojos", un movimiento revolucionario socialista, pretenden controlar el poder mediante el uso de la violencia.

Un periodista del New York Times y el resto de los súbditos con pasaporte extranjero se encuentran recluidos en el Hotel “Le Piñón” a la espera de ser trasladados a sus países de origen. Los colegas periodistas del camboyano Dith Pan tratan de falsificar su pasaporte haciéndole pasar por súbdito norteamericano para evitar ser ajusticiado despiadadamente por los Jemeres Rojos. La pesadilla ha comenzado





domingo, 28 de noviembre de 2010

Dictaduras y dictablandas





Cuando hablan los liberticidas de dictaduras siempre traen a colación la dictadura de Franco. Hoy os voy a ilustrar con una anécdota bastante clarificadora para que aprendáis lo que es una verdadera dictadura.

En una ocasión el señor Alexander Solzhenitsyn , premio nobel y testigo personal del mayor totalitarismo del siglo XX, visitó la España de Franco después de haber tenido la suerte de ser desterrado de aquel infierno soviético que representaba la URSS.

En un programa de la televisión franquista hizo unas declaraciones:

"Los comunistas y socialistas españoles llaman dictadura al régimen vigente en España. Hace días que yo viajo por este país y he quedado asombrado. ¿Acaso sabe esa gente lo que es una dictadura?

He aquí algunos ejemplos de lo que he visto:

Los españoles son absolutamente libres para residir o trasladarse a cualquier parte de España. Los soviéticos no pueden hacerlo. Están amarrados a su lugar de residencia por la propiska (registro policial). Las autoridades deciden si tienen derecho a marcharse de tal o cual población. También he podido comprobar que los españoles pueden salir libremente al extranjero. En nuestro país estamos como encarcelados.

Paseando por Madrid y otras ciudades he podido ver que se venden en los kioscos los principales periódicos extranjeros. ¡Me pareció increíble! Si en la Unión Soviética se vendiesen libremente periódicos extranjeros se verían inmediatamente decenas y decenas de manos tendidas luchando por procurárselos.

También he observado que en España uno puede utilizar libremente máquinas fotocopiadoras. Todo individuo puede fotocopiar cualquier documento depositando una moneda en el aparato. Ningún ciudadano de la Unión Soviética podría hacer una cosa así. Cualquiera que emplee máquinas fotocopiadoras es acusado de actividades contrarrevolucionarias.

En su país se toleran las huelgas. En el nuestro, en los sesenta años de existencia del socialismo jamás se autorizó una sola huelga. Los que participaron en los movimientos huelguísticos de los primeros años de poder soviético fueron acribillados por ráfagas de ametralladora pese a que sólo reclamaban mejores condiciones de trabajo. Si nosotros gozásemos de la libertad que ustedes disfrutan aquí nos quedaríamos boquiabiertos.

Hace poco han tenido ustedes una amnistía. La califican de "limitada". Se ha rebajado la mitad de la pena a los combatientes políticos. ¡Ojalá a nosotros nos hubiesen concedido una sola amnistía limitada como la suya! La mayoría entra en la cárcel para morir en ella. Muy pocos hemos tenido la suerte de salir para contarlo”.
Los socialistas españoles del momento, tanto los radicales como los moderados, reaccionaron con auténtico cabreo contra Solzhenitsyn. La prensa comunista o comunistoide acusó a la televisión de crear un "escándalo" y de renovar la guerra civil por medio de una "operación de propaganda" fanática y apasionada como la de Solzhenitsyn.

A esos liberticidas les dolía que alguien salido de ese pseudoparaíso socialista manifestara con absoluta claridad la realidad que se ocultaba al otro lado del muro de la vergüenza que tanto defendían y que tomaban como ejemplo de sociedad perfecta. Esos tipejos respetaban tanto al sistema totalitario soviético, por no decir que simpatizaban con él, que no podían permitir semejante ultraje de un reaccionario como era, para ellos, el premio Nobel ruso

Uno de esos liberticidas, Juan Benet, que llegaría a ser el intelectual prototipo del diario sectario y pseudoprogresista español “El País”; escribió, en una explosión de sinceridad despótica, lo siguiente:

"Yo creo firmemente que, mientras existan personas como Alexander Solzhenitsyn, los campos de concentración subsistirán y deben subsistir. Tal vez deberían estar un poco mejor guardados, a fin de que personas como Alexander Solzhenitsyn no puedan salir de ellos."
He aquí otras declaraciones encontradas en la prensa de aquellos tiempos que quedarán para la posteridad:

“una vergüenza” “¿Quién habrá pagado el spot de don Alexander?” “paranoico clínicamente puro”, “Es un Nobel por nada (…) Miente a cada instante”, “Habrían debido hacer de manera que Solzhenitsyn contase todo esto al estilo de music-hall, rodeado de lindas muchachas del ballet Set 69. Este caballero tiene pasta de showman”; “La barba de Solzhenitsyn parece la de un cómico de pueblo (…) El escritor ruso hace reír al gallinero”; “Multimillonario a costa de los sufrimientos de sus compatriotas”; “Solzhenitsyn está contra toda Europa (…) Pájaro de mal agüero”; “enclenque”, “chorizo”, “mendigo desvergonzado”, “bandido” “hipócrita”, “siervo”…
Con este ejemplo nos hacemos cargo del verdadero espíritu cruel y la simpatía con el régimen del GULAG, no sólo de los liberticidas españoles, que se retrataron como son, sino del resto de los liberticidas del mundo que se sumaron a la orgía del vituperio contra el nobel.

Lo que quiso demostrar Solzhenitsyn es que la tiranía del régimen comunista era mucho más represiva, inhumana y totalitaria que la dictadura franquista. Esto no lo podían soportar aquellos pijo-progres que defendían el socialismo en aquella época, algunos vestidos de rojo y otros de azul mahón. Tampoco los tontos útiles moderados que se hacían llamar antifranquistas afirmando estupideces como que la de Franco había sido la peor de todas las dictaduras de la Historia.

Lo que hizo Solzhenitsyn con todos estos mártires de plastilina es quitarles el chupete progre revolucionario con el que disimulaban su ineptitud y cobardía para derribar la dictadura de Franco.

Chupete que les hacía exagerar la violencia represiva del régimen; convirtiendo así su miedo en heroicidad cuando hablaban mal del caudillo mientras tomaban un café con churros en un bar a plena luz. Porque comer se comía con la dictablanda de Franco, algo que nunca han querido reconocer los liberticidas, a diferencia de las hambrunas y la escasez de sus dictaduras al estilo soviético o de matiz bananero.

Aquella oposición no constituía para nada una alternativa al franquismo ¿Qué habría sido de España si esos tipos hubieran dirigido la transición a la democracia mediante su proceso de “ruptura” como ahora pretenden hacer de nuevo?





 
 
 

lunes, 22 de noviembre de 2010

Socialismo, vicio y fornicio





Muchos liberticidas me vilipendian a menudo debido a mi oposición crítica y perseverante a todo tipo de socialismo. Uno de los insultos que más gracia me hace es el de “puto acaudalado burgués”. ¿Acaudalado? ¡Qué cojones dicen, si hasta me cuesta un huevo pagar la factura del gas! Lo mío es luchar por la libertad cuando no estoy trabajando para subsistir. Es más, cuando tengo tiempo, y no lo gasto en gestionar esta bitácora, también suelo estudiar para mejorar.

Yo no voy a esperar que un iluminado arropado en el socialismo se haga con el poder y me conceda un subsidio para vivir de la sopa boba. Eso es parasitismo típico de gente indeseable. Eso es sumisión propia de borregos mediocres. Eso es dependencia, tan generalizada entre los inútiles que se sienten vasallos.

Cada uno tiene lo que merece y si no está de acuerdo que luche por mejorar. Es un cobarde todo aquel que se conforma con lo que tiene y es de envidiosos señalar con el dedo a otro porque ha conseguido algo que uno no posee. Muchos viven por debajo de sus posibilidades porque así lo quieren. Son gente ociosa, mediocre, cobarde, perezosa y sumisa. No luchan por mejorar su posición. Esperan impasibles que “Papá Estado” solucione las cosas a base de robar a unos para repartir el botín entre otros.

En una sociedad libre todo aquel con ganas de superarse lo consigue siempre que se esfuerce y trabaje para ello. Mis padres trabajaron de sol a sol en el campo, no tenían electricidad en su hogar y debían ir a una fuente, provistos de cántaros y cubos, para tener agua en casa. Pero trabajaron duro y ahorraban para que sus hijos pudiesen vivir mejor que ellos. Yo también he trabajado desde joven y, después de finalizar la larga jornada laboral, acudía a la universidad con el objetivo de mejorar mi posición profesional.

Soy un ciudadano que me he ganado honradamente lo que tengo sin esperar a que nadie me ayude. Sólo hay que estar dispuesto a hacer algunos sacrificios para consolidar un modesto éxito. Pero todo eso es sólo posible en un entorno de Libertad en el que la ley es igual para todos sin discriminaciones positivas ni negativas. En una sociedad en la que no dependes de un burócrata para mejorar. En una sociedad en la que no te tienes que afiliar al partido único para que te asignen una vivienda, una plaza universitaria o un puesto de trabajo.

No debemos esperar que la teta del Estado nos proporcione todo porque cada limosna que te otorgue será a cambio de perder parte de tu libertad.

Estoy harto de oír a los sectarios ideológicos que todo el mal que padecemos es por culpa del liberalismo, del capitalismo, del consumismo…... ¡Dejaros de consignas, joder! Luchad por vuestra libertad. ¡Que cojones!, ¡poneros a trabajar y luchad por ello!, no interpretéis el papel de cigarras y luego reivindiquéis socialismo para que os mantenga el estado parasitando a otros, es decir, quitándoles parte de sus salarios a través de los impuestos.

Algunas ideologías se justifican en la distribución de la riqueza o en el Estado de Bienestar. ¿Pero que mierda es eso? ¿Vas a considerar igual a alguien que se rompe la espalda bregando para mantener a su familia que a un tipejo que no trabaja porque es un vago toca pelotas y cuando tiene un duro se lo gasta en vicio o fornicio?

¿Y el pobre niño abandonado?, ¿quién le ayuda?, diréis algunos.

Sabed que la gente buena nunca lo dejará tirado y para esto no necesitamos un Estado mastodonte lleno de parásitos, puesto que la caridad siempre ha existido y existirá. Sin embargo, no os escandalizáis tanto cuando solicitáis al Estado que financie el asesinato masivo de niños que yacen tranquilos en el vientre de sus madres. Asesinato que eufemísticamente se llama aborto. Para colmo se argumentan los derechos de la madre presentándola como una pobre víctima indefensa no se sabe muy bien frente a qué.

La distribución de la riqueza socialista es fruto de la envidia. Se basa en expropiar lo que tanto esfuerzo le ha costado a unos para repartírselo entre otros que normalmente han estado viviendo a la bartola codiciando los del prójimo.

¡Los liberticidas queréis colectivizar la propiedad privada de otros porque sois tan inútiles que no habéis sido capaz de tener nada! A esto lo llamo robo.

¡Estudiad, formaros, trabajad duro y cread riqueza vosotros mismos!

Las malas ideologías son las que destruyen sociedades. Esas malditas ideologías de izquierdas o de derechas, rojas o azules; son las que arrasan con la libertad del individuo.

¡No existe lucha de clases!. Eso es lo que os han metido en la cabeza durante años con el propósito de manipularos y enfrentaros. En cambio existe lucha por el poder. Existe la corrupción política. Existe el expolio institucionalizado sobre el contribuyente. Existen muchos hijos de puta, aparapetados en el Estado, que están dispuestos a mangonearos para seguir medrando.

La economía de mercado trae consigo miles de oportunidades porque está basada en la Libertad y no en la coacción. Existen fallos, claro que sí, nada es perfecto porque somos seres humanos y no máquinas; sobre todo si tenemos en cuenta que hay moscas cojoneras que enredan continuamente para enfrentar a la gente o hacerlas dependientes y sumisas. Habrá contratiempos siempre que algunos mamones sigan empeñados en poner zancadillas a la Libertad.

Los seres humanos tenemos un gran poder de superación que se desarrolla plenamente en una sociedad abierta de mercado libre. Constantemente inventamos cosas, concebimos nuevas utilidades, ingeniamos metodologías más eficientes. Es imposible que en sociedades cerradas, el órgano director socialista conozca toda la información que tiene en mente el conjunto de la sociedad, puesto que esa información es espontánea y está en la cabeza de cada consumidor y de cada empresario moldeándose constantemente.

El órgano director de una sociedad intervenida se empeña en fabricar una sociedad perfecta a base de Boletín Oficial del Estado y con el respaldo de la coacción; pero para eso tiene que saber qué ocurrirá mañana. Sin embargo, lo que mañana suceda dependerá de una información empresarial que aún no existe. Esa es la paradoja del Estado intervencionista socialista, que pretende controlarlo todo pero no controla una mierda, salvo la propaganda, la demagogia y la porra.

Tema 15. Competencia, determinación del precio y la ley del coste

1/4. Competencia bilateral. Comentarios adicionales.
Texto de referencia: La ley básica de determinación de precio, Eugen von Böhm-Bawerk, Lecturas de economía política I




2/4. Crítica a la explicación funcional de la determinación del precio.





3/4. Los determinantes individuales del precio.





4/4. La ley del coste.








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domingo, 14 de noviembre de 2010

La plusvalía del trabajo



Una de las bases del marxismo es la teoría de la explotación. Según el hipócrita burgués llamado Karl Marx, ese tipo al que gustaba embarazar a sus criadas, el trabajo debía ser la única medida para valorar los bienes producidos.

El demagogo de Marx afirmaba que a los trabajadores se les abonaba un sueldo, llamado de subsistencia, cuyo valor era menor que las horas que dedicaban con su trabajo a producir los bienes; siendo la diferencia de valor o plusvalía lo que se quedaba el malísimo empresario. Esto les sigue pareciendo una injusticia a los pastueños seguidores de la fracasada doctrina marxista sin ni siquiera haber reflexionado un poco sobre ello.

Es un hecho que Karl Marx, al contrario que la mayoría de los socialistas de hoy, estudió economía. ¡Ahora me explico por qué Marx llegó a retractarse y reconocer su metedura de pata, siendo uno de los primeros en declararse "no marxista!

Todo socialista ignora o quiere ignorar que el valor de los productos no se fija por el número de horas trabajadas para producirlos sino que el precio del producto viene determinado por un acuerdo que se da en todo intercambio voluntario entre un comprador y un vendedor, saliendo ambos beneficiados. Si no fuera así nunca se produciría la transacción a no ser que el Estado intervenga usando el monopolio de la fuerza, algo que no disgusta a los especímenes socialistas.

También todo socialista ignora o quiere ignorar que los empresarios adelantan una parte del valor del bien producido a los trabajadores denominada sueldo o salario. Es importante saber que esto lo hacen con antelación a que finalice la producción de un bien y sea éste vendido. Por eso se dice que la figura del empresario es benéfica, porque evita que los trabajadores tengan que esperar a que finalice la producción y los productos sean vendidos, o no, en el mercado para conseguir, o no, su parte correspondiente del valor del bien. Por eso el riesgo que no asume el trabajador debe ser compensado al empresario con lo que se conoce como beneficio empresarial. Es lógico que todo emprendedor que asume un riesgo de pérdida de los ahorros invertidos en un negocio debe ser compensado con un beneficio futuro. ¡A ver si nos vamos enterando de que va la historia!

Los beneficiarios de las empresas son todos los consumidores que compran los productos elaborados por las mismas, así como los accionistas, que son los propietarios de las grandes empresas y que puede ser cualquier trabajador que, con unos ahorrillos, participe en un fondo de inversión, contrate un plan de pensiones o compre directamente unas pocas acciones en el mercado de valores con el fin de complementar su salario con los dividendos que les reporten los títulos.

Gracias a la soberanía del consumidor y al incentivo del beneficio en un entorno de libre competencia, la propiedad privada garantiza una oferta de productos para todos siempre en aumento. En la economía de mercado propietarios e inversionistas, si quieren aprovecharse de su propiedad y capital, no les queda otra posibilidad que destinarlos a atender necesidades de otros. De esta forma pueden enriquecerse y enriquecen a la sociedad al crear bienes y servicios que antes no existían. Sólo el hecho de poseer los medios de producción obliga a sus propietarios a cubrir las demandas de los consumidores si quieren obtener un rendimiento.

La propiedad beneficia sólo a las personas que saben utilizarla para favorecer a los consumidores que, repito, son los verdaderos soberanos del mercado cuando éste es libre. Esa es la función social del derecho de propiedad que se desarrolla sólo en un entorno de Libertad y capitalismo democrático, no en un entorno de capitalismo de Estado o mercantilismo, es decir socialismo.

Donde existe realmente explotación del obrero es en los países de economía socialista en los cuales siempre hay dos clases sociales muy diferenciadas:

- Los pudientes que son aquellos que forman parte del “aparato coercitivo” del Estado y que son gente arribista, cobarde, palmera, chupapollas, que se afilian al partido único para medrar; que incluso son capaces de sacrificar a sus semejantes, incluso a su madre, en nombre del dichoso bien común y de su bolsillo sobre todo.

- Los esclavos, que son el resto de la ciudadanía que sólo quiere Libertad, siendo obligados a repudiar la economía de mercado o a denunciar a sus vecinos cuando vacilan sobre si es o no una mierda el socialismo que les mantiene en la miseria.

Con el socialismo no hay esperanza, no existe igualdad de oportunidades. No me cansaré de repetir que cuando una sociedad es libre automáticamente hay prosperidad, existen oportunidades que todos pueden aprovechar mejorando su bienestar y no se aumentan las diferencias entre clases de ciudadanos sino que la mayoría se integra en una gran clase media igualándose en calidad de vida. En concreto, cuando una sociedad es libre hay esperanza para todos.

Sin embargo, algunos liberticidas siempre están babeando odio hacia los emprendedores y la economía de mercado. Y digo yo, ¿Porqué no os juntáis unos cuantos y montáis una empresa?, luego los beneficios y las plusvalías marxistoides las repartís con los trabajadores que contratéis. ¡Eso sí, a partes iguales!. Si va mal el negocio los trabajadores cobran su salario y vosotros os quedáis a dos velas, si va bien el negocio lo repartís entre todos a partes iguales como buenos camaradas.

¡Hipócritas!, No lo hacéis porque sois unos hipócritas y falsarios. Sólo queréis que se haga eso con el dinero de otros, pero cuando se trata de vuestra pasta ya os apañáis de sacarle el mejor rendimiento.

El socialismo es un engaño basado en la envidia, la demagogia y la hipocresía de sus seguidores. En cambio, la economía de mercado redunda en el verdadero interés general incluyendo a los socialistas pijo-progres que viven acomodadamente en países libres y prósperos.

Repito, en una sociedad libre con economía de mercado los medios de producción privados deben servir a la sociedad en su conjunto para sacar provecho de ellos. Es desesperante ver como manadas de ilusos, cuyos cerebros están llenos de consignas y serrín, siguen apostando por el marxismo científico cuyos crímenes en su sangrienta historia los siguen justificando como errores asumibles, ¡y vuelta a empezar!. Con mucha caradura suelen decir a menudo que ahora sí que funcionará el nuevo socialismo y traerá al mundo el paraíso perfecto, la utopía socialista con la que siempre sueñan.

Me pregunto una cosa. Observando como en Venezuela empiezan a escasear en las tiendas los productos básicos, donde a ciertas horas ya hay cortes de luz y agua, donde se reprime a los opositores y se cierran medios de comunicación; este nuevo socialismo se parece mucho al antiguo. Sigue siendo la misma mierda, el mismo fraude de siempre pero utilizado por nuevos defraudadores que quieren trincar algo aprovechándose de la mediocridad de la gente.

Muchos de los que militaron en el siglo pasado en organizaciones socialistas no tenían muy claro que el socialismo funcionara y la caída del muro de Berlín les hizo recapacitar. Pero no a todos. A algunos, la lobotomización a la que fueron sometidos incrustándoles en su cerebro ideas socialistas les pudo más que la realidad y siguen repitiendo la misma cantinela como si fueran robots. Nunca desperdiciarán ni un minuto en examinar críticamente el socialismo. Para ellos el socialismo es algo sagrado, su sacrosanta religión, una cuestión de fe ciega aunque se jueguen el futuro de sus hijos.

Otros tipejos que pululan por países libres dónde se aplica la economía de mercado, a pesar de conocer la mentira que esconde el socialismo, como piojos se enquistan en la perversa ideología sólo por medrar en política y vivir de puta madre como buenos “socialistos”, o sea, vivir del cuento disfrutando de la cómoda vida que les ofrece el país que parasitan.

Bella



Es difícil entender qué les ocurre a los que dicen llamarse progresistas. Ese pseudoprogresismo responde a un esquema muy sencillo: ser pacifista y apoyar, con grandes dosis de demagogia, a los desfavorecidos. Sin embargo, el más débil, el más indefenso, el más dependiente de todos los seres humanos no les parece digno de amparar. Sólo la propaganda más cínica ha podido hacer creer a mucha gente ese talante de buenismo de los falsos progresistas.

La ideología pseudoprogresista se contradice y para colmo presentan a la madre embarazada como una pobre víctima indefensa no se sabe muy bien frente a qué. Es terrible que identifiquen al feto como un conjunto confuso de células parecido a un tumor que está pudriendo el seno de una mujer.

La mayoría de los abortos no se corresponden a un potencial peligro para la vida de la madre o grandes malformaciones del embrión, sino que se aborta por comodidad de los padres; comodidad que está por encima de la vida del hijo.

En cuanto a la película, trata la historia de Nina, camarera de un restaurante de comida mexicana en Nueva York, que es despedida por llegar tarde varias veces en el último mes.

José, un futbolista profesional retirado que ahora trabaja como chef se interesa por lo sucedido y ella le dice que la razón de sus retrasos es porque está embarazada y tiene malestares.

Nina le dice que no ama al padre de su bebe y no está lista para ser madre soltera. Ella cree que abortar es la mejor opción. José le plantea a Nina la posibilidad de entregar a su bebe en adopción, ella contesta de manera irónica sugiriéndole a José quedarse con su bebe.

Llega el triste día que Nina esperaba y le pide a José que la acompañe a la clínica donde se realizará el aborto. Años más tarde se reencuentran y……..






Visionar otras películas

domingo, 7 de noviembre de 2010

Hoces y martillos


Mi tío Lucas trabajaba como Maestro Albañil en una próspera empresa familiar que se dedicaba a la construcción. Tenía bajo su supervisión un número considerable de obreros, unos cualificados y otros no tanto.

Mi tío era un hombre que dejó el campo para empezar una nueva vida en la ciudad. Era un hombre de hoz pero sin martillo; es decir, era uno de esos jóvenes jornaleros que de madrugada marchaban en silencio a los trigales y no volvían a sus casas hasta ponerse el sol. No era uno de esos que portaban en una mano una reluciente hoz sin mellas, por no usarse nunca; y en la otra un martillo aplasta cráneos de todo aquel que para ellos sea considerado burgués o reaccionario.

No, no era de esos tipos que roban la propiedad de otros para repartírsela argumentando el cuento de la función social de la propiedad. Mi tío vivía simplemente de su propio trabajo y esfuerzo.

Una vez emigrado a la urbe mi tío Lucas compaginó, durante los primeros años y con mucho sacrificio, su trabajo en el sector de la construcción con clases nocturnas de formación profesional con la intención de mejorar su categoría laboral y sueldo. Empezó trabajando de peón albañil y acabó de encargado de obra.

Un día Paco, un obrero especialista afiliado a un conocido sindicato comunista y miembro del Jurado de Empresa, órgano que representaba en esa época a los trabajadores de la obra; se acercó a mi tío, que estaba disfrutando del almuerzo sentado sobre una pila de sacos de yeso, y le dijo en voz alta con la intención de que el resto de comensales de obra le escucharan:

- ¡Maestro, existe una situación injusta con relación a Fernando, uno de los peones que tengo en mi cuadrilla!. Me refiero al nuevo contratado que hoy no ha podido venir a trabajar debido al nacimiento de su sexto hijo.

- ¿De qué se trata Paco?

Contestó mi tío mientras, tartera en mano, saboreaba los restos de una porción de tortilla española empapada en pisto manchego.

- ¡Pues que el hombre tiene que pagar su hipoteca, las letras del coche, de los muebles y de la televisión; alimentar a su mujer y a sus seis hijos; todo con la mitad del salario que tengo yo!. ¡Me parece tremendamente injusto y creo que debería comentarlo a los patronos para que le suban el sueldo!

Antes de contestarle mi tío cogió la bota de vino, la levantó a dos palmos de la boca y se echó un prolongado trago. Luego cogió un cigarrillo, lo encendió con su viejo chisquero y se quedó meditando durante unos segundos mientras observaba una destartalada carretilla volcada en la cima de un montón de arena de miga.

- Paco, tu eres un trabajador cualificado y competente. Eres pulcro en tu trabajo y contigo aprenden mucho los nuevos peones. Es obvio que la productividad de tu trabajo supone para la empresa el doble que la de ese tal Fernando que tienes a tu cargo. Yo creo que esto aclara bastante el tema.

Paco se quedó dubitativo y a continuación tiró de consigna sindicalista.

–¡¡ Pero se deben corregir las desigualdades…….., el trabajo tiene una función social…., no es justa la discriminación salarial……. la clase obrera está explotada……!!

- ¡Vale, vale!, todo tiene arreglo- Exclamó mi tío y prosiguió hablando:

- ¡Vamos a ver!. Aprovechando que hoy es el día que se abonan los salarios haremos una cosa. Cuando el Administrador me traiga los sobres de la paga para que luego yo los reparta como de costumbre, vamos a abrir tu sobre y el de ese peón del que hablas, sacaremos el dinero de ambos sobres, lo Juntaremos y luego haremos dos mitades iguales que meteremos en sendos sobres.

Paco y el resto de los compañeros, que escuchaban sorprendidos a mi tío, guardaron un largo silencio hasta que, de repente, empezaron a murmullar cuando en lontananza atisbaron al Administrador abriéndose paso entre el material de construcción y los montones de escombros de la obra.

Superado los obstáculos, el Administrador entregó los sobres a mi tío que procedió a repartirlos entre los trabajadores salvo el de Paco y el del susodicho peón, que los dejó para el final encima de un tablón situado a sus pies.

Sin demora y aún rodeado de docena y media de trabajadores que, con curiosidad, habían esperado impacientes ese momento; mi tío procedió a realizar lo que había dicho.

- ¡Vamos Paco, coge un sobre; no importa el nombre puesto que los dos tienen la misma cantidad de dinero!

Paco con remordimiento disimulado y mordiéndose la lengua cogió uno, se lo metió en el bolsillo y se dio la vuelta para volver al tajo.

- ¡Paco no seas estúpido y trágate tu orgullo!

Gritó mi tío con entereza.

- Piensa que además de éste hay otros meses en el año. ¿Qué piensas hacer en el futuro?. Debes saber que los patronos no van a pagar a ese peón un sueldo como el tuyo puesto que en ese caso contratarían antes a un oficial que a un peón; por lo tanto, ese hombre por el que te apiadas, se quedaría en paro. Tampoco pueden pagarnos a todos el mismo salario que el que recibe un peón con la intención de igualarnos a todos, puesto que los patronos saben que eso no es justo ni eficaz para que la empresa funcione porque así nadie se molestaría en perfeccionarse, ni en aprender más, ni en asumir funciones de responsabilidad. Es más, los patronos tampoco pueden pagar a todos, con la intención de igualarnos, el mismo sueldo que el que yo tengo que, como bien sabes, es superior al tuyo; puesto que la empresa ya no sería rentable y la tendrían que cerrar. En ese caso nos quedaríamos todos en el paro. Los patronos no tendrían problemas de subsistencia puesto que sólo con lo que obtuvieran por vender la empresa podrían vivir muy bien en Acapulco de por vida y sin complicaciones. En cambio nosotros nos moriríamos de asco. ¡Eso sí, todos iguales de parados y sin sueldo!. Habrías conseguido así, estimado Paco, la igualdad que reivindicas.

Mi tío se dirigió al resto de empleados que presenciaban el acontecimiento solidario, los miró a la cara en silencio durante un breve espacio de tiempo y arrancó diciendo:

- ¡Sé que algunos de vosotros no sois tan íntegros y bondadosos como Paco. Tenéis algo más de “mala leche” que, mezclada con envidia rastrera, os haría ir más lejos. Seguramente estáis pensando, presos de la ruindad que corrompe vuestro corazón, que a los patronos se les debería quitar su patrimonio a la fuerza! Yo a eso lo llamo robar. Seguramente querríais que se repartiera su empresa y ahorros con la excusa esa de la justa redistribución de la riqueza. Ese es un argumento que siempre ha traído y traerá a los seres humanos mucha desesperación, miseria y muerte.

Algunos de los presentes bajaron la cabeza mientras otros mostraban una fría sonrisa que cortaba el aire.

- ¿Creéis que vuestra pretenciosa superioridad moral como trabajadores “proletarios” os legitima para que podáis robar impunemente y con violencia el patrimonio y bienes de los patronos que os ofrecen trabajo que aceptáis voluntariamente? Patrimonio, claro está, que apresuradamente os lo repartiríais con ansia después de limpiaros la sangre. El final aberrante de la historia lo conocemos bastante bien allí donde se ha consentido tal atropello e injusticia. Es el socialismo revolucionario de siempre disfrazado de justicia social.

Las frías sonrisas se convirtieron en bocas apretadas.

- Si pretendemos vivir en paz y armonía debemos respetar al prójimo, sobre todo su vida; porque los patronos, al igual que vosotros los trabajadores, deseáis disponer de una renta para vivir y mejorarla con el tiempo. Unos, los patronos, obteniendo beneficios puesto que han arriesgado su patrimonio en una aventura empresarial que también les hace trabajar intelectualmente dirigiéndola y gestionándola; y otros, los obreros, cobrando un sueldo por nuestro trabajo manual. Ambas aportaciones son fundamentales para sacar adelante la empresa. Ninguno nos esforzamos por altruismo. Para eso ya existen las monjitas que lo hacen estupendamente y está claro que entre vosotros no observo ningún velo o manto bendito que cubra vuestras cabezas, sólo veo monos azules manchados de sudor, yeso y cemento cuyo bolsillo porta un sobre que os posibilitará seguir viviendo con dignidad gracias a vuestro trabajo y gracias a que existe está empresa que os ofrece un empleo.

Mi tío se dio la vuelta, abrió de nuevo los sobres, contó el dinero y puso en cada uno la cantidad que en un principio había. Luego le entregó a Paco el suyo y le dijo:

- Paco, abre los ojos y piensa que quizás algún día otros malnacidos estiman que tu patrimonio es superior al suyo; sobre todo ahora que acabas de heredar el piso de tus suegros, su casa del pueblo, varios viñedos y un olivar con el que te has comprado ese flamante SEAT 1200 rojo. Piensa que con la excusa de la justicia social te lo pueden robar todo impunemente ¿Dónde ponemos el límite de la riqueza? Ahora vuelve a la faena y mañana aconséjale a ese peón, Fernando, que para ganar lo mismo que tú sólo tiene que bregar en ser tan buen trabajador como tú lo eres. Dile que estudie, sea responsable en la vida y que no gaste lo que no tiene.

Tema 14. Ley básica de determinación del precio

1/9. Introducción.

Texto de referencia: La ley básica de determinación de precio, Eugen von Böhm-Bawerk






2/9. La ley básica de determinación del precio. Determinación del precio en un intercambio aislado.




3/9. La ley básica de determinación del precio. Determinación del precio en un intercambio aislado. Ejemplos.



4/9. La ley básica de determinación del precio. Intercambio aislado: todos ganan.






5/9. La ley básica de determinación del precio. Determinación del precio en un intercambio aislado. Pretty Woman.




6/9. La ley básica de determinación del precio. Competencia unilateral entre compradores (subasta)


7/9. La ley básica de determinación del precio. Subastas en ámbitos no mercantiles: relaciones de pareja.


8/9. La ley básica de determinación del precio. Competencia unilateral entre vendedores.


9/9. La ley básica de determinación del precio. Competencia bilateral.


LECTURAS DE ECONOMÍA POLÍTICA (Vol. I) RESEÑA
Éste es el Volumen I de la trilogía Lecturas de Economía Política, recopiladas por el Profesor Huerta de Soto. El objetivo básico de estas Lecturas es servir de instrumento de trabajo para alumnos de Economía especialmente interesados en llegar a descubrir la interacción entre los procesos de mercado de una economía moderna y el conjunto de leyes e instituciones jurídicas y sociales que son resultado de la misma y a la vez la hacen posible.

Nos proponemos igualmente con el presente libro poner a disposición del alumno una amplia serie de artículos y trabajos que faciliten la discusión en clase por ser intelectualmente estimulantes. Por este motivo, y como se observa en el índice, el ámbito de los temas tratados es muy amplio: metodología, teoría del capital y de los ciclos, análisis económico de la ley, estudio del intervencionismo e historia de los hechos y del pensamiento económicos. Por otro lado, la profundidad y dificultad de los artículos es muy desigual. Así, frente a trabajos de gran profundidad y de cierta dificultad por su carácter innovador o seminal, se encuentran trabajos ya clásicos u otros cuya finalidad es llamar la atención sobre algún aspecto concreto de la teoría o ayudar a interpretar hechos esenciales de nuestro entorno económico real.

Estas Lecturas pueden ser también útiles para todos aquellos interesados en dilucidar algunas de las cuestiones económicas más discutidas en nuestros días, y suponen una serie de artículos, ensayos y trabajos cuya mera recopilación a nivel individual sería muy costosa y difícil. Por otro lado, si hubiera que indicar algún denominador común en la selección realizada, se apreciará que gran parte de las Lecturas giran en torno al carácter subjetivo y finalista de la acción humana, resaltándose especialmente el papel que juega el conocimiento humano en las elecciones económicas, la importancia de la competencia y la función empresarial, la necesidad de estudiar los procesos espontáneos del mercado y la sociedad de una forma general y dinámica y, en suma, la importancia de resaltar las consecuencias no previstas conscientemente de la interacción humana.





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sábado, 30 de octubre de 2010

Cataluña quiere ser el culo de España

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http://www.goear.com/listen/603b15e/mariano-rajoy-cataluna-pp-marzo-2012-wwwlodicecincinatotk









































Existe una región española denominada Cataluña que lleva más de 3 décadas dirigida por una casta política cateta y mediocre, obsesionada por diferenciarse y alejarse de todo lo que signifique ser español.

Una cuadrilla de politicuchos que observa al resto de territorios españoles con asco y desconfianza. Unos tipejos que medran en el poder dificultando la convivencia y la libertad de los ciudadanos de Cataluña a base de trabas estúpidas, como las de carácter lingüístico, y que están convencidos o quieren autoconvencerse de que el problema de su estancamiento, por no decir subdesarrollo paulatino así como su deterioro social, no se debe a las puñaladas que ellos mismos dan cada día a la Libertad de sus conciudadanos sino a que existe una especie de conspiración del resto de España para acabar con Cataluña. Lo malo de esto es que esa consigna se la creen o quieren creérsela muchos de los borricos que les siguen.

En cambio, en territorios abiertos como Madrid todas esas majaderías carecen de sentido. Hasta ahora Esperanza Aguirre, Presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, no ha intentado cerrar la tierra de los españoles primero, luego madrileños, al resto de España y del mundo.

En la historia siempre se ha comprobado que las sociedades menos intervencionistas, más abiertas al exterior y más libres son las que mayor prosperidad y riqueza generan. Karl Popper dijo que el hecho de que libertad y riqueza fueran de la mano era una muy feliz coincidencia.

No todo va a ser negativo con relación al sistema de gobierno autonómico español porque de él hemos aprendido cual es el modelo de gestión política que funciona mejor, es decir, con que políticas se genera riqueza para la sociedad y con que otras se destruye creando miseria generalizada; cuales nos dan Esperanza y con que otras nos hundimos en el paletismo y la barbarie. Análisis esencial que cualquier ciudadano, no lobotomizado aún por las consignas de partido, debe realizar antes de dar su voto.

La última Encuesta de Población Activa (EPA) nos dice que el modelo de gestión política más esperanzador de todas las comunidades autonómicas españolas es el de la Comunidad de Madrid, puesto que es donde menos impuestos se pagan y más servicios públicos se reciben, el que menos desempleo genera en plena crisis y que más ofertas de trabajo tenía en tiempos de bonanza. Todo lo contrario a lo que sucede en comunidades autónomas donde gobiernan una casta política más populista y menos liberal.

No es casualidad. Madrid es una sociedad abierta y libre. Madrid es un lugar donde puedes rotular tu negocio con el idioma que quieras y dónde las trabas burocráticas, el intervencionismo, los obstáculos económicos y sociales explícitos a la movilidad de personas y capitales así como la presión fiscal son menores que en otras partes de España. Esto, entre otras cosas, es lo que posibilita un desarrollo sostenible y la progresiva calidad de vida de los ciudadanos madrileños.

Lo que he expuesto también nos lo confirma el Índice de Libertad Económica en las Comunidades Autónomas, elaborado por la Universidad Complutense de Madrid, en el que se comprueba que la Comunidad Autónoma de Madrid es la región española con menor incidencia del intervencionismo público; sin embargo, la Comunidad Autónoma de Cataluña es una de las que más lo sufren con su nuevo Estatuto de Autonomía liberticida y sectario que, incluso, es más extenso que la Constitución de la comunista Corea del Norte.



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Bájate desde aquí el interesante documental sobre la persecución lingüística catalana

http://www.mediafire.com/?g0a1wn1jygm















Culos o CulésLa denominación "culé" se hizo popular en la segunda década del pasado siglo. El equipo de fútbol del club Barcelona solía jugar en un campo que se llenaba de forma masiva, ubicado en la calle Industria de Barcelona. Desde la calle se podía observar a los aficionados situados en la parte más alta del graderío sentados y de espaldas. La imagen desde fuera del campo era la de una ingente cantidad de culos alineados. Este es el motivo por lo que a los aficionados del Barcelona se les empezó a llamar “culés”.























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http://www.mediafire.com/file/ozzmmmwzkdk/TIRAN MÁS 2