La mayoría de los mentecatos que integran el “Movimiento 15M o Democracia Real Ya” quieren ser como “El Che” . Algunos hasta portan orgullosos la cara del asesino en sus camisetas, confiriendo heroicidad a un pijo argentino consentido, de familia adinerada, que cuando a su padre se le acabó la pasta no hizo otra cosa que organizarse un viajecito en moto para acabar fusilando a quien se le pusiera por delante, mientras exigía abolir la propiedad privada y el reparto de la riqueza que habían generado otros.
Diego Armando Maradona es otro tipejo que encaja muy bien en el “Movimiento 15M o Democracia Real Ya” puesto que mantiene el mismo proceder envidioso de esos indignados antisistema que no han dado golpe en su vida. Una vez gastada toda su fortuna en puteo y drogas ahora exige la redistribución de la riqueza “de otros” que no se la han malgastado como lo hizo él. Otro cantamañanas que, después de esnifarse hasta las rayas blancas de los campos de fútbol, lleva retratado la imagen del criminal Guevara en uno de sus brazos exigiendo una “Democracia Real” .
El Che Guevara, uno de los iconos más reproducidos y vendidos en los mercados capitalistas que tanto odian esos del “Movimiento 15M o Democracia Real Ya”, constituye el típico ejercicio de hipocresía pijo-roji-progre preferido de esos jóvenes indignados que disfrutan de las libertades democráticas y comodidades del sistema de libre mercado, al tiempo que rechazan la democracia que tienen los españoles, que es la única que existe. Maldicen continuamente la economía de mercado, siendo el único sistema económico que les puede dar de comer todos los días.
El Che era un asesino y esto está demostrado, pero que los integrantes del “Movimiento 15M o Democracia Real Ya” veneren su imagen no es asesinar ni promocionar el asesinato; simplemente, es una estupidez propia de gente mediocre y aborregada.
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Da usted una impresión muy sesgada y simplista del Ché.
ResponderEliminarEn primer lugar, es cierto que proviene de ascendencia de clase alta (como muchos revolucionarios), aunque también es cierto que su posición privilegiada fue la que le permitió acceder a una educación que, desgraciadamente para el capitalismo, infiere a las personas inteligentes un repudio razonable hacia el mismo sistema que les permitió medrar económica y socialmente. Una educación que, bajo el sistema en que él vivió, sólo estaba reservada a unos pocos. Esta evolución también se dio en otras personalidades como Lenin o Fidel Castro, lo que viene a demostrar que incluso entre los poderosos, los que podrían haber vivido como auténticos reyes gracias a la injusticia de un sistema opresor, se puede arraigar una conciencia que les hace inmolarse en favor de una justicia que les arrebata todos sus privilegios.
La definición de "asesino" -persona que mata a alguien con alevosía o premeditación-, esencialmente, se ajusta al Ché. Ahora bien, es un hecho que los muertos en la guerra entre 1956 y 1959 y los que fueron condenados en los juicios revolucionarios (la versión cubana de los juicios de Núremberg) eran asesinos y esclavistas al servicio del sistema fascio-liberal de Fulgencio Batista. Aún así, no todos fueron condenados a muerte, reservándose esta sentencia a torturadores, violadores y asesinos que habían atormentado al pueblo cubano. ¿Merece este tipo de personas el final que les dieron el Ché y los revolucionarios (esto es, el pueblo cubano)? Desde mi punto de vista, sí. La liberticida invasión de Bahía de Cochinos, perpetrada desde el imperio para reinstaurar la esclavitud en la isla y volver a convertirla en el patio trasero americano, en cambio, asesinó a cubanos inocentes cuyo único crimen fue defenderse a sí mismos, a su tierra y a los suyos. Era su LIBERTAD, la que tanto sufrimiento y sacrificio les había supuesto, a la que no estaban dispuestos a renunciar.
Claro, es lógico que exhiban imágenes del Ché quienes aman la libertad, como también es lógico que el capitalismo explote comercialmente una imagen con la que muchos se sienten identificados. Aunque ese mismo capitalismo es causante de la idiotez de muchas personas, que llevan camisetas del Ché porque creen que el Ché es una marca de ropa (esto se lo he oído a más de uno, no es broma). Un conocido mío se compró unas chanclas rojas que tenía estampados la hoz y el martillo en el Carrefour, y las tiendas de ropa modernas están llenas de camisetas del Ché y de Los Ramones. Como ya he dicho, es lógico que el capitalismo saque rentabilidad económica a estas imágenes, pero no deja de parecerme curioso.
ResponderEliminarAfirma usted que quienes integran el movimiento 15-M, o quienes simpatizamos con él, "disfrutamos" de las "comodidades" del capitalismo y repudiamos la "democracia" que, desde su limitado punto de vista, "es la única que existe". También dice que la economía de mercado es "el único sistema económico que nos puede dar de comer todos los días" (sic). Una aclaración al respecto es que no "disfrutamos" del sistema, sino que lo sufrimos y nos adaptamos a él. El capitalismo no "da" comodidades, sino que hay que arrebatárselas (ustedes mismos, los liberales, recurren a esto como argumento favorable, a ese famoso hay-que-buscarse-la-vida; un poquito de coherencia ideológica), y ese es el principal problema. Usted puede "disfrutar" del capitalismo y beneficiarse de sus comodidades, quién lo duda, pero eso supone necesariamente que habrá otras personas que no puedan acceder a esto porque su vida estará basada en mantener esos beneficios para otros. Probablemente, bajo un sistema que sí GARANTIZARA la supervivencia en lugar de colocarnos la soga al cuello, yo sería el mismo que soy ahora, pero no habría tenido que superar tantos obstáculos. Habría llegado al mismo sitio, pero mucho más rápido y en mejores condiciones, y podría disfrutar, esta vez, de verdaderas comodidades y de muchas más. Para eso, claro está, es necesaria una democracia que no pervierta el poder popular, que no entregue el poder a un Estado burgués cuya única misión es servir de árbitro en las relaciones productivas entre capitalistas y proletarios, un juego en el que la única norma es que los primeros ganan y los segundos, en consecuencia, pierden.
Llevo leyéndole un tiempo y, observando cómo escribe, me he dado cuenta de una cosa: siempre utiliza expresiones como "mediocre", "aborregado", "cerebro hueco"... para referirse a quien no piensa como usted. No soy experto en psicología, pero yo diría que usted recurre a la proyección por miedo a ser calificado con los mismos términos. Quizá, en su subconsciente, tenga usted una imagen de mediocridad y/o pobreza intelectual de sí mismo, y por eso descalifica a los otros primero, para que no puedan descalificarlo a usted. Yo, que he aprendido a pensar por mí mismo a pesar de estar educado en el capitalismo alienante y para servir al capitalismo alienante, creo que no tiene usted ningún motivo para sentirse acomplejado. Tengo la impresión de que es usted una persona reflexiva, y en cuanto se aleje un poco de la lógica capitalista (oxímoron al canto) será capaz de ver el absurdo del que se nutre el totalitarismo liberal. Sólo necesita leer y aprender más.
ResponderEliminarUn saludo.
Sr. ArturoProg: Como me gustaría que la mayoría de la ciudadanía fuera inteligente y cultivada en lugar de mediocre; independiente y responsable de su vida en lugar de aborregada; o que tuviera sentido común en lugar de un cerebro hueco. ¡Ojala que todo fuera achacable a mi subconsciente, a esa imagen de mediocridad y/o pobreza intelectual de mi mismo que dice que tengo, y que por eso descalifico a los otros primero, para que no puedan descalificarme a mí!. La triste realidad descarta esa posibilidad. Podría engañar a la gente y presentarles a sus conciudadanos como algo que no son. Pero lo peor, es que me engañaría a mí mismo.
ResponderEliminarMi abuelo solía decir “al pan, pan, y al vino, vino”. Lo que Significa decir las cosas claramente, sin tapujos ni disimulos. Por eso aprecio sus comentarios. Comentarios claros, sin tapujos; pero erróneos.
Sr. ArturoProg: Ya comenté cierto día que existen 3 tipos de ciudadanos: Los que piensan por sí mismos (suponen el 2 % de la población), los que entienden lo que otros piensan (representan un 18%) y los que no comprenden nada ni piensan nunca por sí mismos (son el 80% restante)
ResponderEliminarAl primer grupo no le afecta la propaganda oficial del gobierno de turno ni de la oposición lanar, es decir, las falsedades de esa panda goebbeliana que suele parasitar al Estado o aspira a ello. Son ciudadanos bizarros e independientes que critican y desprecian el actual sistema depredador de libertades, de la misma forma que el sistema les desprecia a ellos. También son personas consideradas como excéntricos o pesimistas por el resto de la ciudadanía; sin embargo, debes saber que los pesimistas no son otra cosa que gente optimista bien informada.
El segundo grupo está constituido por potenciales miembros del primer grupo. Son ciudadanos condescendientes, pusilánimes, con cierto sentido común pero que se mantienen hipócritamente en el corral siempre que disfruten con comodidad de las migajas que el sistema les dispense, aunque sea a base de sangrarles a impuestos.
En el tercer grupo se integra la gente pastueña, irracional, irreflexiva, inmadura, mediocre y envidiosa que, como buenos borregos, seguirán a su pastor hasta el matadero. Algunos se percatarán de su final cuando terminen de recibir en sus sienes la descarga eléctrica que les dejará atontados antes de que el matarife les corte el gaznate con su afilado cuchillo; otros, ni siquiera en ese momento comprenderán lo que está pasando y no dejarán de berrear pidiendo auxilio a su pastor o a cualquier otro que pase por allí sin pensar que todo es susceptible de empeorar, puesto que otros pastores les llevarán directamente a otros mataderos que no practican el aturdimiento previo al degüello.
El fondo del problema son esos votantes embrutecidos intelectualmente que se excitan con locura cuando ven a los “suyos” en el poder o a punto de conseguirlo, aunque causen, unos por acción y otros por omisión, la mayor catástrofe económica y social de las últimas décadas.
Lo triste es que la inmensa mayoría de la población vota de acuerdo con lo que le digan las consignas del partido o los primeros minutos de los telediarios de las malditas televisiones públicas o pseudopúblicas mientras engullen la “sopa boba”. Esta es la causa de que la casta política actual y sus actuaciones de gobierno u oposición sea una realidad. Esto es lo que yo denomino la “pesadilla democrática”. Pesadilla aceptada por un ingente número de ciudadanos a los que un benévolo régimen electoral les concede el derecho a voto sin merecerlo. Derecho tan poco baladí para ellos como el hecho de sonarse los mocos en un pañuelo.
No quiero ser grosero, pero usted ya sabe que cuando una mayoría de gañanes votan con el culo, del culo sólo puede esperarse que salga mierda. Por eso los ciudadanos deberían estar preparados para vivir en democracia, o sea, deberían adquirir un nivel intelectual básico para poder reflexionar por sí mismos y no dejarse llevar por el primer ungido salvador que salga a escena con un discurso empapado en grandes dosis de fariseísmo. Desafortunadamente a una sociedad, cuyo nivel intelectual no se ha desarrollado lo suficiente, no le podemos exigir que asuma un nivel superior de democracia y de responsabilidad política. Existe solución y es muy polémica. Seguro que con gente como usted se llegaría a un entendimiento pero desafortunadamente la mayoría no se le parece, sobre todo en su educada forma de reflexionar y debatir, aunque con algunas ideas equivocadas.
Le aconsejo que lea de todo y a todos, no lea sólo lo que se adecue a sus ideas preestablecidas o esas lecturas donde uno encuentra lo que quiere que le digan. Siga leyendo esta bitácora, por ejemplo. Aquí nadie se casa con nadie, salvo con la Libertad.
Sr. ArturoProg: Me agrada que empiece a llamar las cosas por su nombre…….”La idiotez de muchas personas que llevan camisetas del Ché....”, es decir, la existencia de muchos idiotas. Ahora no hablamos de proyecciones personales ¿verdad?. Te felicito. “Al pan, pan, y al vino, vino”.
ResponderEliminarAfirma que usted sufre el sistema capitalista. Lo he repetido mucho y ningún sufridor como usted, muchos de ellos defensores de la tiranía castrista, me sabe contestar a esta pregunta: ¿Por qué las barcazas improvisadas o colchones inflables repletas de gente desesperada siempre navegaban desde Cuba hasta Miami y no a la inversa? ¿Por qué todo el mundo, salvo los malnacidos de la Stasi, quería saltar el maldito muro de Berlín dirección este a oeste y no al revés? ¿Porqué los chinos están deseosos de salir de su país y no vemos a la población alemana, estadounidense o suiza ansiosa para que le den la nacionalidad china o cubana?
Yo sólo conozco un tipo de democracia. Los demás son engendros a los que se les ha puesto un apellido al nombre de Democracia como “Democracia Popular” “Democracia del Pueblo” “República Democrática Alemana” (La antigua Alemania del Este, la de la Stasi) o “Democracia Real”.
La diferencia entre la Democracia “sin apellidos”, en la que yo creo, y la pseudodemcoracia o sistema totalitario que quería el Che, es que en la primera, incluso los discrepantes con el régimen de libertades, pueden gobernar algún día. Es más han gobernado y gobiernan, a pesar del deterioro social y de que hacen retroceder siempre el progreso y el bienestar de la ciudadanía algunos años, como ha ocurrido en España. Con el sistema que quería El Che los discrepantes no tienen opción salvo el exilio, la cárcel o el paredón, muy usado por su héroe argentino en la prisión de “La Cabaña”
Hablas “de relaciones productivas entre capitalistas y proletarios, un juego en el que la única norma es que los primeros ganan y los segundos, en consecuencia, pierden”. Traes a colación la famosa consigna marxista de las clases sociales. Para clases la de los regímenes socialistas: los pudientes, que son los rastreros lameculos que se afilian al partido único para medrar; y los súbditos, que es el resto de la ciudadanía que sólo quiere Libertad.
Es falsa esa idea marxista sobre la existencia de clases sociales enemigas, con sus propios intereses. Cabrones y aprovechados hay en todos los sitios, tanto en el mundo empresarial como entre los trabajadores, pero no por ello tienen que ser todos ni tener intereses antagónicos como norma. Tanto al patrono como a los obreros les une el interés común de que la empresa funcione y vaya bien porque el futuro de todos está en juego.
Pero esto a los socialistas no les interesa por eso son expertos en manipular al obrero para que crea que el patrono es el enemigo. Por eso dominan a la perfección, la mentira, la propaganda, el mangoneo y la coacción sindical.
El esfuerzo y trabajo de ambas partes contribuye a la prosperidad y bienestar porque la función empresarial junto la especialización voluntaria del trabajador son, en un ambiente de libertad, los mayores factores generadores de riqueza para la sociedad en contra de la gestión burocrática e improductiva del modelo socialista, que con la idea de imponer coactivamente la justicia social y dirigir las voluntades de sus súbditos, hunde a los pueblos en la miseria y los mantiene ahí por su ineficaz gestión económica y por el uso de la porra.
Los trabajadores lo que desean es bienestar y un óptimo futuro para sus hijos; menos intervencionismo en sus vidas; no ser machacados con impuestos; tener ofertas de trabajo para elegir y no depender del Estado; tener oportunidades de promoción por su capacidad o formación y no por medrar en el sindicato o el partido; así como un poder judicial independiente que les defienda, con celeridad, de las injusticias o incumplimientos del contrato de trabajo.
Sr. ArturoProg: Con respecto a su forma de pensar, espero que nunca nadie imite la conducta de El Che y decida quitarle la vida argumentando que estás al servicio de un sistema, llamémosle X, y que atormentas al pueblo con su tu forma de actuar. Entonces comprenderás lo que te comentaba anteriormente de lo que es vivir en un sistema democrático, con Democracia (sin apellidos) o vivir en un sistema totalitario y despótico como el que quería El Che. Es decir, un sistema con el que soñaba un asesino. Asesino es el calificativo más adecuado para Ernesto, ya sabes “al pan, pan, y al vino, vino”. Un asesino que le gustaba fusilar al que discrepara y no todos a los que fusiló eran violadores, torturadores y matones a sueldo de Batista como le han contado a usted. También otras víctimas del Che y de los hermanos Castro fueron ilusos revolucionarios que lucharon en Sierra Maestra con la idea de cambiar las cosas en la isla, pero reaccionaron al comprobar que el resultado de su hazaña consistió en quitar a un déspota para colocar a otro. Te recomiendo que visiones la película “La ciudad Perdida” que enlazo en mi entrada “Cine para Reflexionar”
ResponderEliminarSin embargo no dejaré nunca de luchar por la Libertad y que usted mismo puedas portar voluntariamente y con libertad una camiseta de un asesino, sea Hitler o Ernesto Guevara si así le place. No creo que El Che fuera tan comprensivo conmigo si me hubiese visto por la Habana vestido con una camiseta del mamón de Batista. Repito “Mamón” , ya sabes “al pan, pan, y al vino, vino”. Esa es la diferencia entre mi Democracia y la Democracia Popular o “Real” si así le gusta llamarla.
Sr. Cincinato: He de decir que, al respecto de sus primeros comentarios, no tengo nada que decir, pues lo suscribo al 100%: también veo, de forma pesimista, cómo los individuos que conforman la sociedad se dividen en grupos según su inconformismo y su capacidad de reivindicar razonadamente lo que creen justo. Por supuesto, tampoco se puede esperar que ese 2% (porcentaje aportado por usted, yo no me atrevería a dar una proporción) piense uniformemente, precisamente por tener la capacidad de pensar.
ResponderEliminarMetiéndonos ahora en el tema de la democracia, dese cuenta de que se contradice usted: en sus primeros comentarios, no hace más que echar pestes de un sistema “democrático” (el que padecemos) que permite a una casta política erigirse representante de toda una ciudadanía aborregada que, sumida en la ignorancia a la que la somete el sistema, tiene una posibilidad de voto (y posibilidad no implica necesariamente capacidad) con la que se contenta, pues no está capacitada para gobernarse a sí misma. La “democracia” se convierte, por tanto, en una sucesión de dictaduras de cuatro años, en las que los políticos de turno llevan a cabo sus programas a su voluntad en lugar de estar a nuestro servicio. Y yo aquí veo dos problemas: la ignorancia y desidia generalizadas de la sociedad; y un sistema que no sólo permite eso, sino que lo necesita.
Por otra parte, afirma más adelante que ese modelo de “democracia” (sin apellidos, como en su día dijo la señora Esperanza Aguirre) es el único en el que usted cree. Y aquí quiero reivindicar la necesidad de esos apellidos, pues el hecho de que se haya generalizado el término “democracia” para definir los sistemas occidentales actuales (que se corresponden con la definición que he dado en el párrafo anterior) obliga a matizar ciertas cosas. En el caso de “democracia real”, ese apellido no es sino una redundancia necesaria (pues la democracia, o bien es real, o no es democracia) que, más que definir a la democracia que se busca, denuncia un modelo de democracia que NO es real. Básicamente, lo que viene a decir es “queremos una democracia de verdad, pues la que nos han estado vendiendo no lo es”.
Usted alaba este sistema (repito, después de haberlo denostado de una forma cuasi-nihilista) aduciendo que es el único que permite gobernar a “los discrepantes con el régimen de libertades”. Y esto no es verdad, pues la partidocracia se caracteriza por una “pluralidad” (bendita “pluralidad” en España, que reduce la representación política de 50 millones de personas a dos colores, rojo y azul) parlamentaria DENTRO de las normas de un régimen intocable. Los sistemas que usted define como “totalitarios” no difieren tanto de los que usted cataloga como “libres”. La diferencia radica en la intervención y participación ciudadana sobre el propio sistema, que paradójicamente es mayor en los primeros sistemas (esto siempre generalizando, por supuesto hay excepciones) que en los segundos.
Con respecto al polémico tema de Cuba y su “emigración masiva”, paso a responder a su pregunta: en principio, no cabe buscar en el sistema político interno de cada territorio las razones a la emigración. Hablamos de geopolítica internacional y, por tanto, de un paradigma muy simple que se repite siempre: el Tercer Mundo es emisor natural de emigración hacia el Primer Mundo. Y no olvidemos que existe un Tercer Mundo única y exclusivamente porque existe un Primer Mundo, que a lo largo de la historia ha oprimido (y oprime) a otros territorios en forma de invasiones, colonialismo, imperialismo... Ahora bien, precisamente la emigración cubana es un fenómeno muy sui géneris: ¿ha oído hablar de la Ley de Ajuste Cubano? Se trata de una ley única en el mundo, y consiste básicamente en convertir a los inmigrantes ilegales cubanos en EEUU en legales, dándoles todo tipo de facilidades a cambio de servir de instrumento propagandístico contra el régimen cubano. Si usted se da una vuelta por EEUU, podrá ver a puertorriqueños sirviendo a los ricachones en régimen de semi-esclavismo; a Colombianos haciendo viajes de 4 horas en autobús todos los días para trabajar en empleos mal pagados que les permitan subsistir hacinados en pisos destartalados con otros 15 compatriotas; a mejicanos a los que despectivamente se refieren como “espaldas mojadas” cruzando la frontera, conscientes de que en cualquier momento pueden ser abatidos a tiros por soldados norteamericanos sin ningún tipo de miramiento; y a inmigrantes cubanos, a los que amablemente se “tiende la mano” cuando llegan, e inmediatamente pasan a vivir por todo lo alto, sin servir a nadie e incluso formando parte de la élite artística del país, algo a lo que los cubanos de la isla, obviamente no pueden optar. Y algo con lo que, sorprendentemente, ni siquiera el estadounidense medio puede soñar. En estas condiciones y con estas facilidades, si yo fuera cubano, no iría en “barcazas improvisadas” ni en “colchones inflables”, ¡iría nadando! Si integrándome en las filas de “los malos” voy a poder vivir por todo lo alto, no lo dudaré ni un segundo. Desafortunadamente no soy ningún “cubano oprimido por el régimen”, tan sólo un “españolito de mierda”, y eso no interesa propagandísticamente.
ResponderEliminarEs cierto que burguesía y proletariado tenemos el mismo objetivo: mientras los obreros queremos prosperar con nuestro trabajo, los capitalistas también quieren prosperar con NUESTRO trabajo. Y es cierto que, bajo el capitalismo, a mí me interesa que a mi amo le vaya bien, pues si le va mal seré yo quien pague el pato. Sin embargo, si le va bien, yo recibiré lo mismo de siempre: un salario a intercambiar no por mi bienestar, sino por mi supervivencia. Yo jamás pediré que me eximan de mis obligaciones, pues es algo que tengo que asumir para reivindicar mis derechos. No quiero que nadie trabaje por mí, pero es comprensible que, en consecuencia, yo no quiera trabajar por otros. Y estoy por la meritocracia, faltaría más, por eso no me caso con sindicatos (“el jardín del liberado”) ni con partidos políticos, que sólo buscan de dónde trincar. Pero tampoco con empresarios, que generalmente son individuos engreídos que sólo valen lo que vale su dinero, ya que solos no sabrían ni atarse los cordones de los zapatos y, aún así, se permiten el lujo de tratar con una condescendencia y un paternalismo asquerosos (cuando no con desprecio o, incluso, violencia) a los trabajadores que son los que le están pagando su tren de vida. Sin falsas modestias, aún no he tenido ni un solo jefe que me llegara a la altura de las rodillas. Y todos vivían diez veces mejor que yo.
La película que usted menciona es eso, una película. Hollywood se ha hecho eco muchas veces del mensaje político del gobierno (la voz de su amo), y no es la primera de este tipo. Recuerde Amanecer Rojo, en la que un patriota Patrick Swayze (gran actor, que en paz descanse) combatía a un ejército invasor soviético-cubano-nicaragüense (¡¡¡!!!) que provocaba la III Guerra Mundial. Como si EEUU hubiera sido la víctima en alguna de las guerras en las que ha participado. Sin embargo, hay una colección de documentales llamada “Cuba: caminos de revolución” que sí es bastante esclarecedora. Es una producción cubana, sí, y quizá esté hecha con fines propagandísticos, tampoco lo niego. Pero, de momento, es el único archivo audiovisual que incluye contenido real de la realidad cubana, y no sólo testimonios, recreaciones y/o elucubraciones. Tan sólo por esto, ya debería tener más legitimidad que una película.
ResponderEliminarPor último, no creo en absoluto que el Ché fuera a matarlo a usted por llevar una camiseta del “mamón” de Batista (es la primera vez que leo/oigo este calificativo para un dictador, ¡y mola!), pero sí si llevara usted un fusil para asesinar en su nombre.
Ya lo he dicho en otro momento y lugar, pero es bueno volver a recordarlo. Para mí la democracia se asemeja a una silla que tiene cuatro patas donde los ciudadanos están sentados. Las patas son el Poder ejecutivo, el Poder Legislativo, el Poder Judicial y el Poder de los Medios de Comunicación. Cuando las patas de la silla se van fusionando es obvio lo que sucede. Esto es muy común donde existe socialismo. Ese socialismo acostumbrado a apellidar a la democracia: “Democracia Popular”, “Democracia Orgánica” “Democracia Real”, etc.
ResponderEliminarEs un hecho que la independencia de los poderes del Estado es fundamental para proteger las libertades del ciudadano. Sin embargo, destruir la independencia de los poderes por parte de los defensores del socialismo, ya sea de izquierdas o de derechas, sobre todo el poder judicial, ha sido constante; resultando que la democracia no deje de tambalearse.
Tampoco la democracia se puede basar solamente en el gobierno de la mayoría, pues una mayoría podría gobernar de un modo tiránico.
A veces choca la democracia con la libertad. Por ejemplo, si Luisa y Pedro deciden que Marta debe dedicar la mitad de su trabajo para ellos, la situación será perfectamente democrática, pero no tiene lugar en una sociedad libre.
El mal mayor de esta sociedad ovejuna y pastueña es su ignorancia y su pereza para corregirla. Ese mismo mal se extiende a los memos que colocan las élites de poder de los partidos en sus listas electorales, los cuales suelen ser “miembras” y miembros palmeros y sumisos cuya avidez de notoriedad es la misma que las putas novatas.
En cuanto al bipartidismo, que es una aberración democrática, existe otra opción más dañina que algunos ansían sin disimulo en coaliciones políticas como Izquierda Unida (IU), que es la del partido único cuya referencia es Cuba o Corea del Norte. Con el partido único llegamos a la aberración total. Con el partido único nos cargamos completamente la libertad de los ciudadanos? ¿Qué opinas de la opción de partido único? ¿Te animas a viajar conmigo a Cuba para montar un partido alternativo que podría llamarse, por ejemplo “Libertad para los cubanos”? ¿Crees que nos dejarían movernos libremente por la isla repartiendo propaganda?
Respecto a lo que afirma de “los cubanos que están con los malos”, etc., etc., me parece un ejercicio de imaginación bastante decepcionante por parte de usted. Yo le tengo como una persona seria y con principios; aunque con algunas ideas equivocadas, fruto de tantos años de asimilar consignas. Yo también pasé por eso y logré recuperarme de la intoxicación panfletaria. Incluso podríamos decir a todos esos desgraciados inmigrantes puertorriqueños, colombianos y mejicanos, que están perdiendo el tiempo en EE.UU. e invitarles que se vengan con nosotros al paraíso del proletariado en la tierra, que es la Isla cárcel cubana o Corea del Norte. Allí tendrán esperanza y vivirán mejor. Debemos hacerles ver que están equivocados, que su destino no debe ser EE.UU. sino la Cuba de los hermanos Castro la Corea de Kim Jong Il donde a nadie se explota y existe libertad hasta para ¿”poner comentarios en esta bitácora”? (¡Claro que no!). Por cierto, ¿por qué será que no logro contactar con ningún ciudadano de la socialista Corea del Norte y sí con los capitalistas de Corea del Sur?.
¿No te parece que es extraño que millones de inmigrantes se estén equivocando eligiendo su destino? ¿No será que esos “malos” les han drogado o es que no han tenido la ocasión de visionar esa colección de documentales a la que haces referencia en tu último comentario, llamada “Cuba: caminos de revolución” que seguro les hará cambiar de opinión?
En cuanto al cine, la diferencia entre las dos películas es que la mía, tristemente, está basada en una historia real y la suya, “Amanecer Rojo” es ficción.
Yo mismo soy un trabajador por cuenta ajena y a mí nadie me explota. He firmado un contrato de trabajo donde se estipula un sueldo que lo cobro mensualmente siempre que cumpla con mi trabajo en el horario marcado. Nadie me obligó a aceptar el puesto de trabajo, fue un acto voluntario. Si quiero me puedo ir a otra empresa si voluntariamente me contrata porque nadie tiene porqué forzarla a que así lo haga.
ResponderEliminarLa estúpida consigna sobre el empresario malo, el empresario criminal es una gilipollez propia de descerebrados y destinada a alienar mentes de otros descerebrados. No lo digo por usted, entiéndame bien, su debate de ideas (aunque equivocadas) supera al del zopenco lobotomizado que sólo responde al programa fijo que ejecuta el chip ideológico que le incrustaron en la cabeza en alguna “Casa del Pueblo”.
Tampoco el hecho de ser trabajador implica siempre ser una buena persona. Pero supongamos que todo trabajador, como dice esa ridícula consigna, es bueno y el empresario es malo.
¿Qué pasaría si un trabajador heredara una fortuna o le tocara la lotería? Supongamos que con el dinero monta un negocio y contrata trabajadores. Ya es empresario, entonces, ¿esa buena persona que era antes trabajador ahora se convierte de pronto en un diablo explotador? Esas consignas contra los emprendedores son estúpidas y repito, destinadas a gente sin sentido común.
En la economía de mercado existe la voluntariedad: los empresarios contratan a quien quieren y los trabajadores trabajan donde quieren. Con el socialismo no. Esa es la diferencia entre libertad. y socialismo, entre relaciones contractuales voluntarias y relaciones hegemónicas de un estado omnipotente.