Humor negro

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Carta a la Sra. de Zapatero Dña. Sonsoles Espinosa,

 Dicen que la tontería se coloca siempre en primera fila para ser vista, la inteligencia detrás para ver. Todo hombre y mujer son tontos por lo menos cinco minutos al día; la sabiduría consiste en no rebasar ese límite. Desafortunadamente, los Consejos de Ministros que su cónyuge organiza duran algo más.

Sólo hay dos cosas infinitas: El universo y la estupidez humana. Desde Chamberlain hasta Zapatero la estupidez puede ser terriblemente dañina porque sólo hay algo peor que la ignorancia de un botarate: su ignorancia en acción gobernando un país. Tampoco no nos olvidemos de una cosa ¿Quién es más tonto, el tonto o el tonto que sigue al tonto? El mayor peligro actual es que la ignorancia y la perversidad se pueden combinar para destruir, en una sola generación, el progreso que llevó a varias generaciones conseguir.

Es obvio que un tonto o una tonta nunca se reponen de un éxito, ni siquiera de opereta. La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia y lo peor de la ignorancia es que a medida que se prolonga, adquiere confianza. Podríamos decir que la ignorancia es la carga más pesada pero quien la lleva no la siente, sea progenitor A o progenitor B. Ser consciente de la propia ignorancia es un gran paso hacia el saber. 

El saber y la razón hablan, la ignorancia y el error gritan; en su caso, Dña. Sonsoles, cantan y debería reflexionar, junto a su marido, sobre todo lo que he expuesto. Reciba un cordial saludo y espero que pueda decirle alguna vez hasta nunca. Lodicecincinato.tk http://www.goear.com/listen/91d9818/sonsoles-espinosa-

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MADRID 1936 U.R.S.S. – UNIÓN DE REPÚBLICAS SOCIALISTAS SOVIÉTICAS MADRID 2036 C.R.I.B. – COALICIÓN DE REPÚBLICAS ISLAMO BOLIVARIANAS

ZAPATERO SE REVUELCA EN LA MIERDA IDEOLÓGICA 

El secreto de Zapatero es que dice lo que la gente quiere oír y el sabe muy bien que gran parte de las masas pastueñas se creen todo lo que él pregona. Zapatero y su partido, también llamado corrupsoe, conocen perfectamente a la sociedad española y saben que la mayoría es suya; porque España siempre ha sido roja, unas veces por la predominante doctrina roja alienadora de conciencias y otras por la sangre que han derramado sus hijos matándose entre ellos como consecuencia de ese maldito credo bermejo que actúa como un cáncer.

Con Zapatero nos hallamos ante un individuo que no es un ideólogo, él simplemente se revuelca en el cenagal ideológico del socialismo más radical y mediocre. Esa mierda putrefacta le ha acompañado toda su vida utilizándola como pretexto para rebelarse contra su familia que chupaba de la cómoda teta del franquismo (típico del espécimen progre-socialista). Incluso este niñato pijo acomodado, que nunca ha visto una nevera con cerradura, se inventó un abuelo virtualmente socialista para su satisfacción personal. Este hombrecillo es pura demagogia.

Zapatero ante sus fieles seguidores laneros, no necesita decir si va a fomentar o no el despido libre; él sencillamente impulsa sus ocurrencias que provocan cierres de empresas y ejércitos de parados. Los jodidos problemas de la sociedad española los atiende en clave electoral con el fin de mantenerse en la poltrona y desarrollar su sueño pueril de cambiar el mundo. 

Como todo iluminado demagogo cualquier decisión o declaración que haga la realizará en función de si sirve a sus intereses de poder, es decir, nunca hará nada a favor de la estabilidad o desarrollo de España si va en contra de su popularidad. Tipos como el que nos gobierna así como sus correligionarios se arropan en un progresismo engañabobos que les otorga un falso aire de superioridad moral; superioridad que enseguida se derrumba cuando se debaten, con argumentos sólidos, las estupideces ideológicas que balbucean; aunque la mayoría de estos tiparracos, antes de dejarte replicar, rápidamente se te lanzan al cuello declarándote fascista. O sea, te hacen miembro de su asqueroso club social de forma involuntaria. Así son. 

El futuro no es muy halagüeño y el polvorín de la desintegración social se recalienta aún más con tipejos como estos, poseedores de tanto poder, manejando a su antojo ingentes masas de dinero público y teniendo a sus pies a una socializada oposición, cuyo actuar es imbécil, disipado y hueco.

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