Gran parte de la ciudadanía mediocre tiene una idea errónea de la República, consecuencia de la manipulación a que han sido sometidos. Me refiero a la segunda República, a pesar de que muchos de ellos ni siquiera saben que hubo una primera.
La segunda República se concibió como una democracia liberal, pero el sueño duró poco, puesto que el Frente Popular y su violencia revolucionaria fue, precisamente, lo que aniquiló la segunda República en lo que tenía de democrática. Debo decir que haber posibilitado, hoy en día, que la ciudadanía tengan por demócratas a los partidos que constituían el Frente Popular es un logro que debemos reconocer a sus perversos promotores, pues han conseguido que la mayoría de la sociedad española se trague ese bestial engaño durante décadas. No por ello deja de ser una tremenda estafa, de la que derivan tantas otras.
Ese fue el motivo por el que la democracia no jugara ningún papel durante la guerra civil, puesto que el proyecto de una República Democrática Liberal había sido machacado con anterioridad a iniciarse el baño de sangre entre españoles.
Precisamente aquellos revolucionarios tutelados por Stalin habían hecho trizas la incipiente República liberal. Desde ese momento, la lucha se planteaba entre una opción totalitaria-revolucionaria y una dictadura autoritaria.
Para entender esto no se necesita ser un experto en historia sino sólo utilizar la lógica y el sentido común. Piensen por un momento en los marxistas radicales del PSOE, los comunistas amantes de Stalin, los racistas del PNV, los anarquistas deseosos de abolir la propiedad privada, los golpistas de Companys, los colectivizadores del POUM, defendiendo todos juntos la democracia mientras se mataban a tiros en las propias trincheras.
Existe una gran mentira que es la memoria histórica hemipléjica que nos quieren hacer tragar con el fin de apartarnos de una visión real de nuestro pasado como si fuéramos gilipollas. Es una falsedad estridente y machacona; sin embargo ese engaño masivo ha cuajado en gran parte de la ciudadanía y ahora, como si no tuvieran ya bastante, intentan inocularlo en la mente de nuestros inocentes niños a través de la asignatura de “educación para la ciudadanía”, a pesar de que sus promotores perversamente conocen muy bien la realidad que fue.
Ahí están los testimonios de algunos de los padres espirituales de la segunda República como Ortega, Marañón o Pérez de Ayala reconociendo que fue un trágico fracaso. Los mismos intelectuales que se esforzaron en traer para nuestra patria una democracia liberal que pusiera fin a la España del caciquismo y la demagogia.
A continuación muestro una selección:
"¡Qué gentes! Todo es en ellos latrocinio, locura, estupidez. Han hecho, hasta el final, una revolución en nombre de Caco y de caca"; "Bestial infamia de esta gentuza inmunda"; "Tendremos que estar varios años maldiciendo la estupidez y la canallería de estos cretinos criminales y aún no habremos acabado”; ¿Cómo poner peros, aunque los haya, a los del otro lado?"; "Horroriza pensar que esta cuadrilla hubiera podido hacerse dueña de España. Sin quererlo siento que estoy lleno de resquicios por donde me entra el odio, que nunca conocí. Y aun es mayor mi dolor por haber sido amigo de tales escarabajos".
Otros protagonistas de su época, como Azaña, líder de las izquierdas burguesas, opinaron sobre la calidad de aquellos republicanos: "política tabernaria, incompetente, de amigachos, de codicia y botín, sin ninguna idea alta". "botarates", "incapaces" o "loquinarios" que, a su juicio –y los conocía muy bien–, componían los cuadros de mando del falso republicanismo.
Las memorias de otros dirigentes de entonces tienen parecidos tonos como las del socialista Besteiro que condenó el "Himalaya de mentiras", el "envenenamiento de las conciencias" en que se sustentó el Frente Popular.
Las dictaduras no son buenas, pero no deberíamos condenar al franquismo despiadadamente puesto que libró a España de la revolución comunista, de la guerra mundial y de un nuevo intento de guerra civil que fue el maquis. Incluso Marañón y el socialista Besteiro aceptaron el nuevo régimen franquista, con todos sus defectos, porque salvaba a España de algo mucho peor y la prueba la tenemos en el infierno comunista en el que han vivido los países del Este de Europa.
La guerra civil fue simplemente fruto del hundimiento de la legalidad republicana por un Frente Popular revolucionario y una CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas) cerril y acomplejada, ¿Os suena a algo todo esto?
Después de lo dicho, ¿Algún incauto sigue dudando de que el socialismo ha sido, es y será el más firme defensor de la democracia en el mundo?, es decir, ¿Pol Pot, Stalin, Ho Chi Minh, Kim Jong, Fidel Castro u otros iluminados de la misma calaña son los mayores defensores de la democracia, el pacifismo y el respeto de los derechos humanos?.
Es asquerosa, cutre y abominable esa memoria histórica sumamente politizada y selectiva, como lo son todas las memorias confeccionadas a diseño por el partido que gobierna.
Salud y República Liberal
MUY BIEN DICHO.
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