Un liberticida me ha escrito lo siguiente:
“ y para ti capitalista, gracias al socialismo hoy puedes disfrutar de tu pequenia libertad, porq te recuerdo que quienes nos dieron la libertad al mundo un 9 de mayo de 1945 fue el ejercito rojo de la URSS del gobierno socialista de Iosif Stalin, ellos nos dieron la pequenia libertad de la que hoy gozamos gracias a q vencieron al ejercito nazi de Adolf Hitler, enves de criticar al socialismo mejor nutrete de sus ideas y convencete q el socialismo es un sistema politico limpio.
Creo que Stalin debería haberse esforzado más en mejorar la ortografía, la morfología y la sintaxis de algunos, en lugar de obsesionarse en la forma de aniquilar a la gente por millones.
¿Que Stalin nos dio la pequeña libertad que gozamos...? ¿Eso cuando fue, antes o después de que pactara con Hitler el modo de apoderarse de Europa, empezando por Polonia y su sangriento katyn?. ¿Eso cuando sucedió, antes o después de que construyera el muro de Berlín para encarcelar a la mitad del continente europeo?
¿Cuántos porros se debe fumar una persona para decir una sandez como la de nuestro amigo liberticida?
El nacionalsocialismo y el comunismo aparecieron en la segunda parte del siglo XIX en plena época de estúpido romanticismo tan lleno de sentimentalismo y tan vacío de cerebro. Ambos, variantes del socialismo. A veces han sido íntimos amigos, alternando, como en tantas parejas de novios, tiempos de amor con otros de odio.
Socialismo de izquierdas o de derechas es la misma mierda con diferentes matices. Todos se basan en ideologías mesiánicas, totalitarias, liberticidas y que disfrutan quitando de en medio a los que osen discrepar. Siempre el socialismo, sea del color que sea, va acompañado de muerte, miseria y sumisión a un Estado fuerte controlado por unos pocos.
Durante los últimos años se ha cometido el grave error, gracias a la machacona insistencia de los nuevos socialistas pseudomarxistas del siglo XXI, de considerar el nacionalsocialismo de Hitler como un movimiento no socialista; nada más lejos de la realidad. Fascismo y bolchevismo son las dos caras de ese monstruo de dos cabezas llamado Jano y que representa uno de los peores instintos humanos: el de devorarse a sí mismo después de masacrar a los demás como se puede comprobar en la película que hoy analizamos.
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