Reflexión para hoy:

     

domingo, 7 de noviembre de 2010

Hoces y martillos


Mi tío Lucas trabajaba como Maestro Albañil en una próspera empresa familiar que se dedicaba a la construcción. Tenía bajo su supervisión un número considerable de obreros, unos cualificados y otros no tanto.

Mi tío era un hombre que dejó el campo para empezar una nueva vida en la ciudad. Era un hombre de hoz pero sin martillo; es decir, era uno de esos jóvenes jornaleros que de madrugada marchaban en silencio a los trigales y no volvían a sus casas hasta ponerse el sol. No era uno de esos que portaban en una mano una reluciente hoz sin mellas, por no usarse nunca; y en la otra un martillo aplasta cráneos de todo aquel que para ellos sea considerado burgués o reaccionario.

No, no era de esos tipos que roban la propiedad de otros para repartírsela argumentando el cuento de la función social de la propiedad. Mi tío vivía simplemente de su propio trabajo y esfuerzo.

Una vez emigrado a la urbe mi tío Lucas compaginó, durante los primeros años y con mucho sacrificio, su trabajo en el sector de la construcción con clases nocturnas de formación profesional con la intención de mejorar su categoría laboral y sueldo. Empezó trabajando de peón albañil y acabó de encargado de obra.

Un día Paco, un obrero especialista afiliado a un conocido sindicato comunista y miembro del Jurado de Empresa, órgano que representaba en esa época a los trabajadores de la obra; se acercó a mi tío, que estaba disfrutando del almuerzo sentado sobre una pila de sacos de yeso, y le dijo en voz alta con la intención de que el resto de comensales de obra le escucharan:

- ¡Maestro, existe una situación injusta con relación a Fernando, uno de los peones que tengo en mi cuadrilla!. Me refiero al nuevo contratado que hoy no ha podido venir a trabajar debido al nacimiento de su sexto hijo.

- ¿De qué se trata Paco?

Contestó mi tío mientras, tartera en mano, saboreaba los restos de una porción de tortilla española empapada en pisto manchego.

- ¡Pues que el hombre tiene que pagar su hipoteca, las letras del coche, de los muebles y de la televisión; alimentar a su mujer y a sus seis hijos; todo con la mitad del salario que tengo yo!. ¡Me parece tremendamente injusto y creo que debería comentarlo a los patronos para que le suban el sueldo!

Antes de contestarle mi tío cogió la bota de vino, la levantó a dos palmos de la boca y se echó un prolongado trago. Luego cogió un cigarrillo, lo encendió con su viejo chisquero y se quedó meditando durante unos segundos mientras observaba una destartalada carretilla volcada en la cima de un montón de arena de miga.

- Paco, tu eres un trabajador cualificado y competente. Eres pulcro en tu trabajo y contigo aprenden mucho los nuevos peones. Es obvio que la productividad de tu trabajo supone para la empresa el doble que la de ese tal Fernando que tienes a tu cargo. Yo creo que esto aclara bastante el tema.

Paco se quedó dubitativo y a continuación tiró de consigna sindicalista.

–¡¡ Pero se deben corregir las desigualdades…….., el trabajo tiene una función social…., no es justa la discriminación salarial……. la clase obrera está explotada……!!

- ¡Vale, vale!, todo tiene arreglo- Exclamó mi tío y prosiguió hablando:

- ¡Vamos a ver!. Aprovechando que hoy es el día que se abonan los salarios haremos una cosa. Cuando el Administrador me traiga los sobres de la paga para que luego yo los reparta como de costumbre, vamos a abrir tu sobre y el de ese peón del que hablas, sacaremos el dinero de ambos sobres, lo Juntaremos y luego haremos dos mitades iguales que meteremos en sendos sobres.

Paco y el resto de los compañeros, que escuchaban sorprendidos a mi tío, guardaron un largo silencio hasta que, de repente, empezaron a murmullar cuando en lontananza atisbaron al Administrador abriéndose paso entre el material de construcción y los montones de escombros de la obra.

Superado los obstáculos, el Administrador entregó los sobres a mi tío que procedió a repartirlos entre los trabajadores salvo el de Paco y el del susodicho peón, que los dejó para el final encima de un tablón situado a sus pies.

Sin demora y aún rodeado de docena y media de trabajadores que, con curiosidad, habían esperado impacientes ese momento; mi tío procedió a realizar lo que había dicho.

- ¡Vamos Paco, coge un sobre; no importa el nombre puesto que los dos tienen la misma cantidad de dinero!

Paco con remordimiento disimulado y mordiéndose la lengua cogió uno, se lo metió en el bolsillo y se dio la vuelta para volver al tajo.

- ¡Paco no seas estúpido y trágate tu orgullo!

Gritó mi tío con entereza.

- Piensa que además de éste hay otros meses en el año. ¿Qué piensas hacer en el futuro?. Debes saber que los patronos no van a pagar a ese peón un sueldo como el tuyo puesto que en ese caso contratarían antes a un oficial que a un peón; por lo tanto, ese hombre por el que te apiadas, se quedaría en paro. Tampoco pueden pagarnos a todos el mismo salario que el que recibe un peón con la intención de igualarnos a todos, puesto que los patronos saben que eso no es justo ni eficaz para que la empresa funcione porque así nadie se molestaría en perfeccionarse, ni en aprender más, ni en asumir funciones de responsabilidad. Es más, los patronos tampoco pueden pagar a todos, con la intención de igualarnos, el mismo sueldo que el que yo tengo que, como bien sabes, es superior al tuyo; puesto que la empresa ya no sería rentable y la tendrían que cerrar. En ese caso nos quedaríamos todos en el paro. Los patronos no tendrían problemas de subsistencia puesto que sólo con lo que obtuvieran por vender la empresa podrían vivir muy bien en Acapulco de por vida y sin complicaciones. En cambio nosotros nos moriríamos de asco. ¡Eso sí, todos iguales de parados y sin sueldo!. Habrías conseguido así, estimado Paco, la igualdad que reivindicas.

Mi tío se dirigió al resto de empleados que presenciaban el acontecimiento solidario, los miró a la cara en silencio durante un breve espacio de tiempo y arrancó diciendo:

- ¡Sé que algunos de vosotros no sois tan íntegros y bondadosos como Paco. Tenéis algo más de “mala leche” que, mezclada con envidia rastrera, os haría ir más lejos. Seguramente estáis pensando, presos de la ruindad que corrompe vuestro corazón, que a los patronos se les debería quitar su patrimonio a la fuerza! Yo a eso lo llamo robar. Seguramente querríais que se repartiera su empresa y ahorros con la excusa esa de la justa redistribución de la riqueza. Ese es un argumento que siempre ha traído y traerá a los seres humanos mucha desesperación, miseria y muerte.

Algunos de los presentes bajaron la cabeza mientras otros mostraban una fría sonrisa que cortaba el aire.

- ¿Creéis que vuestra pretenciosa superioridad moral como trabajadores “proletarios” os legitima para que podáis robar impunemente y con violencia el patrimonio y bienes de los patronos que os ofrecen trabajo que aceptáis voluntariamente? Patrimonio, claro está, que apresuradamente os lo repartiríais con ansia después de limpiaros la sangre. El final aberrante de la historia lo conocemos bastante bien allí donde se ha consentido tal atropello e injusticia. Es el socialismo revolucionario de siempre disfrazado de justicia social.

Las frías sonrisas se convirtieron en bocas apretadas.

- Si pretendemos vivir en paz y armonía debemos respetar al prójimo, sobre todo su vida; porque los patronos, al igual que vosotros los trabajadores, deseáis disponer de una renta para vivir y mejorarla con el tiempo. Unos, los patronos, obteniendo beneficios puesto que han arriesgado su patrimonio en una aventura empresarial que también les hace trabajar intelectualmente dirigiéndola y gestionándola; y otros, los obreros, cobrando un sueldo por nuestro trabajo manual. Ambas aportaciones son fundamentales para sacar adelante la empresa. Ninguno nos esforzamos por altruismo. Para eso ya existen las monjitas que lo hacen estupendamente y está claro que entre vosotros no observo ningún velo o manto bendito que cubra vuestras cabezas, sólo veo monos azules manchados de sudor, yeso y cemento cuyo bolsillo porta un sobre que os posibilitará seguir viviendo con dignidad gracias a vuestro trabajo y gracias a que existe está empresa que os ofrece un empleo.

Mi tío se dio la vuelta, abrió de nuevo los sobres, contó el dinero y puso en cada uno la cantidad que en un principio había. Luego le entregó a Paco el suyo y le dijo:

- Paco, abre los ojos y piensa que quizás algún día otros malnacidos estiman que tu patrimonio es superior al suyo; sobre todo ahora que acabas de heredar el piso de tus suegros, su casa del pueblo, varios viñedos y un olivar con el que te has comprado ese flamante SEAT 1200 rojo. Piensa que con la excusa de la justicia social te lo pueden robar todo impunemente ¿Dónde ponemos el límite de la riqueza? Ahora vuelve a la faena y mañana aconséjale a ese peón, Fernando, que para ganar lo mismo que tú sólo tiene que bregar en ser tan buen trabajador como tú lo eres. Dile que estudie, sea responsable en la vida y que no gaste lo que no tiene.

5 comentarios:

  1. Hola.

    Me ha costado mucho entrar en el blog. No me cargaba la página.

    Has hecho un buen relato sobre el comunismo empírico. No es lo mismo predicar que dar trigo.

    Una ociedad justa debe garantizar igualdad de oportunidades, de ahí en adelante a cada cual lo que se merezca.

    Engancho tu blog. Un saludo.

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  2. Candela, no existe la igualdad de oportunidades si existen contextos distintos, esa es la base de la teoría de la lucha de clases.
    Las oportunidades son aprovechadas siempre por las personas calificadas o educadas para ello.
    Las personas están determinadas por su momento histórico, y por la argumentación social que las construyen.
    Por eso el marxismo busca una reivindicación, mientras existan materialmente las relaciones sociales que originaron la problemática de clases la sociedad no podrá desarrollarse de manera libre.
    El socialismo es un camino hacia una sociedad que no requiera reivindicaciones, que funcione con un dialéctica libre, una sociedad autodeterminada, una sociedad comunista.

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  3. Sr. Blackjocker: :Afirmas que “Las oportunidades son aprovechadas siempre por las personas calificadas o educadas para ello…” ¿Quién no tiene oportunidad de educarse hoy en día? ¿Pero qué dices? ¡Pero si con un simple clic en Google tienes toda la información a tus pies!. Ahora, que prefieras ver el último video de moda de Youtube , el último gol de la liga o una sesión de porno, es otra cosa. ¡ Joder, la gente debe ser autodidacta! y no esperar que “Papá Estado” venga a educarle. En Internet tiene toda la información gratis para ampliar conocimientos.

    Debes saber que, aparte de los vagos, existen muchos ciudadanos humildes, que trabajamos a diario, que nos reciclamos laboralmente, leemos con frecuencia y no sólo prensa deportiva o las revistas del corazón. Ciudadanos que siguen cultivándose porque los socialistas deberíais saber que estudiar no es una cosa que sólo se hace cuando se va al colegio. ¡pues eso!

    Nunca en la vida ha habido tanta información y conocimiento al alcance del hombre y nunca ha habido tanto idiota que lo desaproveche refugiándose en las consignas socialistas.

    No me canso de repetir en este debate que cuando una sociedad es libre, automáticamente hay prosperidad. No se aumentan las diferencias entre clases de ciudadanos sino que la mayoría se integra en la clase media igualándose en calidad de vida. Existen oportunidades que todos pueden aprovecharlas y mejorar. Hay esperanza

    Todo lo contrario a las dos clases sociales muy diferenciadas que sí existen en los regímenes totalitarios: los pudientes, que son los cobardes palmeros lameculos que se afilian al partido único para medrar; y los esclavos, que son el resto de la ciudadanía que sólo quiere libertad. No hay esperanza. No hay igualdad de oportunidades.

    Nadie cuestiona que hay mucha gente en África con una vida precaria y mísera, pero el gran obstáculo a su prosperidad no es que no les ayudemos lo suficiente.

    Años y años de ayuda internacional no ha dejado otra cosa que jugosas cuentas bancarias de políticos en Suiza y muchos gobiernos corruptos en los países menos desarrollados, pero continua aumentando el clamor por más ayuda y exigiendo más socialismo. El Presidente socialista de Zimbabwe, el Sr. Mugabe, sabe mucho de esto.

    Debemos, más bien, enseñar a los más pobres a producir. Debemos insistir que la casta política de sus países se retire y disfrute de sus cuentas suizas; al menos así la población tendrá oportunidad de quitárselos de en medio. Debemos exigir que en los países menos desarrollados se promulgue la infraestructura legal apropiada que garantice la propiedad privada, las inversiones, la integridad de los contratos y el fruto del trabajo de sus ciudadanos.

    Debemos demandar que no se machaque a impuestos a los ciudadanos productivos. Todo lo expresado fomenta la productividad porque la gente puede entonces disfrutar del fruto de su esfuerzo. Esto fue lo que en realidad logró reducir la pobreza en los países que actualmente son los más desarrollados y prósperos

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  4. Sr. Blackjocker: Muchos liberticidas me vilipendian a menudo debido a mi oposición crítica y perseverante a todo tipo de socialismo. Uno de los insultos que más gracia me hace es el de “puto acaudalado burgués”. ¿Acaudalado? ¡Qué cojones dicen, si hasta me cuesta un huevo pagar la factura del gas! Lo mío es luchar por la libertad cuando no estoy trabajando para subsistir. Es más, cuando tengo tiempo, y no lo gasto en gestionar esta bitácora, también suelo estudiar para mejorar.

    Yo no voy a esperar que un iluminado arropado en el socialismo se haga con el poder y me conceda un subsidio para vivir de la sopa boba. Eso es parasitismo típico de gente indeseable. Eso es sumisión propia de borregos mediocres. Eso es dependencia, tan generalizada entre los inútiles que se sienten vasallos.

    Cada uno tiene lo que merece y si no está de acuerdo que luche por mejorar. Es un cobarde todo aquel que se conforma con lo que tiene y es de envidiosos señalar con el dedo a otro porque ha conseguido algo que uno no posee. Muchos viven por debajo de sus posibilidades porque así lo quieren. Son gente ociosa, mediocre, cobarde, perezosa y sumisa. No luchan por mejorar su posición. Esperan impasibles que “Papá Estado” solucione las cosas a base de robar a unos para repartir el botín entre otros.

    En una sociedad libre todo aquel con ganas de superarse lo consigue siempre que se esfuerce y trabaje para ello. Mis padres trabajaron de sol a sol en el campo, no tenían electricidad en su hogar y debían ir a una fuente, provistos de cántaros y cubos, para tener agua en casa. Pero trabajaron duro y ahorraban para que sus hijos pudiesen vivir mejor que ellos. Yo también he trabajado desde joven y, después de finalizar la larga jornada laboral, acudía a la universidad con el objetivo de mejorar mi posición profesional.

    Soy un ciudadano que me he ganado honradamente lo que tengo sin esperar a que nadie me ayude. Sólo hay que estar dispuesto a hacer algunos sacrificios para consolidar un modesto éxito. Pero todo eso es sólo posible en un entorno de Libertad en el que la ley es igual para todos sin discriminaciones positivas ni negativas. En una sociedad en la que no dependes de un burócrata para mejorar. En una sociedad en la que no te tienes que afiliar al partido único para que te asignen una vivienda, una plaza universitaria o un puesto de trabajo.

    No debemos esperar que la teta del Estado nos proporcione todo porque cada limosna que te otorgue será a cambio de perder parte de tu libertad.

    Estoy harto de oír a los sectarios ideológicos que todo el mal que padecemos es por culpa del liberalismo, del capitalismo, del consumismo…... ¡Dejaros de consignas, joder! Luchad por vuestra libertad. ¡Qué cojones!, ¡poneros a trabajar y luchad por ello!, no interpretéis el papel de cigarras y luego reivindiquéis socialismo para que os mantenga el estado parasitando a otros, es decir, quitándoles parte de sus salarios a través de los impuestos.

    Algunas ideologías se justifican en la distribución de la riqueza o en el Estado de Bienestar. ¿Pero qué mierda es eso? ¿Vas a considerar igual a alguien que se rompe la espalda bregando para mantener a su familia que a un tipejo que no trabaja porque es un vago toca pelotas y cuando tiene un duro se lo gasta en vicio o fornicio?

    ¿Y el pobre niño abandonado?, ¿quién le ayuda?, diréis algunos.

    Sabed que la gente buena nunca lo dejará tirado y para esto no necesitamos un Estado mastodonte lleno de parásitos, puesto que la caridad siempre ha existido y existirá. Sin embargo, no os escandalizáis tanto cuando solicitáis al Estado que financie el asesinato masivo de niños que yacen tranquilos en el vientre de sus madres. Asesinato que eufemísticamente se llama aborto. Para colmo se argumentan los derechos de la madre presentándola como una pobre víctima indefensa no se sabe muy bien frente a qué.

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  5. Sr. Blackjocker: La distribución de la riqueza socialista es fruto de la envidia. Se basa en expropiar lo que tanto esfuerzo le ha costado a unos para repartírselo entre otros que normalmente han estado viviendo a la bartola codiciando los del prójimo.

    ¡Los liberticidas queréis colectivizar la propiedad privada de otros porque sois tan inútiles que no habéis sido capaz de tener nada! A esto lo llamo robo.

    ¡Estudiad, formaros, trabajad duro y cread riqueza vosotros mismos!

    Las malas ideologías son las que destruyen sociedades. Esas malditas ideologías de izquierdas o de derechas, rojas o azules; son las que arrasan con la libertad del individuo.

    ¡No existe lucha de clases!. Eso es lo que os han metido en la cabeza durante años con el propósito de manipularos y enfrentaros. En cambio existe lucha por el poder. Existe la corrupción política. Existe el expolio institucionalizado sobre el contribuyente. Existen muchos hijos de puta, parapetados en el Estado, que están dispuestos a mangonearos para seguir medrando.

    La economía de mercado trae consigo miles de oportunidades porque está basada en la Libertad y no en la coacción. Existen fallos, claro que sí, nada es perfecto porque somos seres humanos y no máquinas; sobre todo si tenemos en cuenta que hay moscas cojoneras que enredan continuamente para enfrentar a la gente o hacerlas dependientes y sumisas. Habrá contratiempos siempre que algunos mamones sigan empeñados en poner zancadillas a la Libertad.

    Los seres humanos tenemos un gran poder de superación que se desarrolla plenamente en una sociedad abierta de mercado libre. Constantemente inventamos cosas, concebimos nuevas utilidades, ingeniamos metodologías más eficientes. Es imposible que en sociedades cerradas, el órgano director socialista conozca toda la información que tiene en mente el conjunto de la sociedad, puesto que esa información es espontánea y está en la cabeza de cada consumidor y de cada empresario moldeándose constantemente.

    El órgano director de una sociedad intervenida se empeña en fabricar una sociedad perfecta a base de Boletín Oficial del Estado y con el respaldo de la coacción; pero para eso tiene que saber qué ocurrirá mañana. Sin embargo, lo que mañana suceda dependerá de una información empresarial que aún no existe. Esa es la paradoja del Estado intervencionista socialista, que pretende controlarlo todo pero no controla una mierda, salvo la propaganda, la demagogia y la porra.

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