Reflexión para hoy:
sábado, 23 de enero de 2010
La Globalización
Globalización es cuando un trabajador surcoreano diseña la carcasa para un teléfono móvil que, varios meses después, va a ser utilizado por una señora de Perú. Este es el ejemplo más sencillo y completo de lo que significa la globalización.
El señor surcoreano está contento porque con su trabajo obtiene un salario. La señora peruana es feliz porque una nueva tecnología, que antes no disfrutaba, le facilita ahora la vida y su negocio de exportación de productos andinos.
Con parte de su salario, el trabajador surcoreano comprará merluza en un centro comercial; merluza que pescó un señor de Namibia y que por ello obtuvo también una remuneración. El asiático y el africano ahora están felices, uno cena merluza y el otro puede destinar algo de su sueldo para comprar a su hijo unas zapatillas de deporte fabricadas en Vietnam. Todos conforman esa gran cadena, cada vez más globalizada, en la que ninguno de ellos son conscientes de su participación y que es precisamente la economía de mercado, mediante su “mano invisible”, quien les ha unido con el fin del beneficio mutuo.
Actualmente en el planeta, a pesar de la obstinación de algunos indeseables en poner zancadillas al desarrollo, están operando multitud de fuerzas y tendencias en una misma dirección que están haciendo posible que el mundo entero se convierta en un solo mercado que satisface necesidades de todos. Un mercado global que pone al alcance de cualquier ciudadano bienes y servicios que, en otro tiempo pasado, sólo estaban a disposición de unos pocos.
La globalización se está encargando de interconectar a las sociedades, desterrando las obsoletas reglas comerciales proteccionistas y poniendo de manifiesto la inutilidad de las fronteras. Es más, incluso el problema de la emigración, que tanto temen algunos desaparecería; puesto que la mejor forma de evitarla es llevando oportunidades de negocio y riqueza a los países exportadores de emigrantes. Algo que la economía de mercado globalizada sabe hacer muy bien siempre que exista un entorno de Libertad para el ciudadano, no se machaque a impuestos, se respete la propiedad privada y se ofrezca seguridad jurídica para los inversores; circunstancias inexistentes en los países socialistas.
En el transcurso del último medio siglo han surgido más actores creadores de bienes y servicios de los que jamás habían existido, aumentando la competencia entre ellos y beneficiando a los consumidores de cualquier parte del planeta gracias a esa lucha pacífica por ofrecer mayor calidad al menor precio. Esto nos da una idea de lo que significa la globalización.
El efecto fundamental de la globalización es todo lo contrario al que vociferan sus críticos liberticidas. Éstos afirman con falsedad que la economía de mercado, hoy más globalizada que nunca, es lo que está ocasionando la pobreza en algunas partes del mundo. En su discurso demagógico contra la globalización suelen enarbolar la bandera de su nueva religión verde colectivizadora para mediocres denominada calentamiento global, cuya base es el falseamiento de datos científicos y la manipulación de sentimientos de carácter catastrofista: algo que suelen aderezar con grandes dosis de pacifismo gregario, pero que conforma la mayor excusa para que los sueños totalitarios de las castas políticas populistas se extiendan como un cáncer, lo que supone el mayor peligro para la Libertad y el progreso de la humanidad.
Naciones subdesarrolladas como era la India han aceptado formar parte del mundo globalizado, lo que está facilitando que se incremente su producto interior bruto y se extienda progresivamente el bienestar entre su población. La globalización está propiciando que la ciudadanía se integre en una gran clase media cultivada e independiente del Estado, lo cual constituye el motor social fundamental para garantizar un futuro de bienestar y prosperidad en el tema económico, así como un sistema democrático con separación de poderes en el plano político.
Los pobres del mundo no son pobres porque los ricos sean ricos ya que la economía de mercado no es un juego de suma cero. Es decir, que no existe un solo pastel a repartir; sino que es una fábrica donde todos los ciudadanos deben contribuir con su ahorro y trabajo produciendo continuamente pasteles para satisfacción de la sociedad y el suyo propio en forma de beneficio empresarial o de salario. Sin embargo, algunos no se esfuerzan en hacer pasteles y confían en que Papá Estado, ese mastodonte burocrático dirigido por déspotas, les subsidie con unas migajas de los pasteles que expropian a otros.
Abrazar la globalización o maldecirla va a ser una decisión de la cual dependerá el bienestar y prosperidad de millones de ciudadanos. Debemos preguntarnos si queremos seguir confiando en la globalización de la economía de mercado o capitalismo democrático que ha conseguido disminuir la pobreza global como jamás se ha hecho en la historia de la humanidad, teniendo en cuenta que hoy existe más población que nunca; o más bien, queremos que unos iluminados deseosos de medrar en el Estado se encarguen de intervenir y planificar el mercado a capricho; mediocres que no saben crear riqueza sino distribuir la ya creada.
La pobreza en el mundo se acabará en el momento en que los países subdesarrollados abracen una economía de mercado globalizada, se supriman los aranceles en los países desarrollados, se deje de condonar la deuda de los países con gobiernos déspotas y se establezca un estado de derecho sólido con seguridad jurídica, así como un sistema democrático con verdadera separación de poderes. Cuando todo esto sea una realidad la desigualdad en desarrollo y bienestar entre países ricos y pobres habrá desaparecido. Por lo tanto no son la globalización ni la libertad económica la causa de la miseria en el mundo, sino la ausencia de ellas.
Hoy en nuestra particular clase de educación para la ciudadanía vamos a Profundizar en el estudio de la globalización.
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Índia: Enorme progresso na escolarização e fuga à pobreza de milhões de seres humanos depois de décadas de Marxismo.
ResponderEliminarLa globalización de la explotación y de la usura y del robo no es el mejor camino.
ResponderEliminarConsidero el video un punto de vista temndemcioso y muy parcial.
Globalización si pero no es esos términos. Nada de NWO de banqueros sobre un dinero falso o moneda electrónica.
Sr.Anónimo: La gran virtud del capitalismo democrático como sistema natural de producción e intercambio es que obliga a los individuos a favorecer al prójimo, tanto al conocido como al extraño. Y es que, para que algunos satisfagan sus propias necesidades deben satisfacer, de la mejor manera posible, la de otros.
ResponderEliminarEn el capitalismo, los empresarios y los hombres de negocio pueden servirse a sí mismos únicamente sirviendo a la gente de la mejor manera posible. Sus éxitos y fracasos están íntimamente ligados al buen servicio que presten al consumidor.
A diferencia del socialismo o capitalismo de Estado, en el capitalismo democrático no hay privilegiados y los consumidores son los soberanos del mercado, donde la gente coopera pacíficamente eligiendo su propio modo de vida y respetando la propiedad ajena así como los derechos de otros.
No tenéis remedio los que identificáis el liberalismo como algo aterrador para asustar a los que aún no tienen claro eso de integrarse en esa gran secta que formáis. Si es que la consigna la tenéis muy incrustada en vuestro cerebro. ¡Pero no desesperes hay solución!, sigue leyendo de vez en cuando este blog y te aseguro que lo superarás.
Ese dinero falso al que te refieres es un invento de la casta política parasitaria para hipotecar la vida de los ciudadanos ¿Has oído alguna vez a algún intervencionista populista abogar por el patrón oro?