El Partido Popular es una organización política dirigida por unos individuos que no se enteran de lo que tienen entre manos.
El tema es que ese tropel de líderes huecos de principios, con alguna excepción, están acomplejados, prefieren no molestar y hacer el mínimo ruido ante sus adversarios políticos.
El cambio de rumbo del nuevo Partido Popular de Rajoy está gravemente tocado. El nuevo PP centrista y moderado olvida con facilidad lo que es la regeneración de las instituciones democráticas, como mantener un poder judicial independiente, en cambio, acude a su socavamiento en simbiosis con los socialistas.
Los líderes del Partido Popular se declaran de centro, lo que no es nada más que un cobarde subterfugio, típico de esta especie política apoltronada. Su centrismo es someterse a los nacionalistas, su centrismo es aceptar los dogmas de lo políticamente correcto que impone el socialismo radical, su centrismo es una táctica para suavizar tensiones y estar en paz con todos, lo cual se entendería en un mundo en el que no existiera la demagogia, la envidia, la canallería o el desprecio al prójimo.
El tema es que ese tropel de líderes huecos de principios, con alguna excepción, están acomplejados, prefieren no molestar y hacer el mínimo ruido ante sus adversarios políticos.
El cambio de rumbo del nuevo Partido Popular de Rajoy está gravemente tocado. El nuevo PP centrista y moderado olvida con facilidad lo que es la regeneración de las instituciones democráticas, como mantener un poder judicial independiente, en cambio, acude a su socavamiento en simbiosis con los socialistas.
Los líderes del Partido Popular se declaran de centro, lo que no es nada más que un cobarde subterfugio, típico de esta especie política apoltronada. Su centrismo es someterse a los nacionalistas, su centrismo es aceptar los dogmas de lo políticamente correcto que impone el socialismo radical, su centrismo es una táctica para suavizar tensiones y estar en paz con todos, lo cual se entendería en un mundo en el que no existiera la demagogia, la envidia, la canallería o el desprecio al prójimo.
Existen dos características que fluyen de ese estúpido centrismo:
La moderación política, que consiste en ser moderado con las formas de ser del ciudadano no socialista hasta hacerle desaparecer.
El Diálogo, que consiste en admitir como buenos todos los postulados socialistas y en recelar de los argumentos no socialistas.
Lo más triste es que el Partido Popular no se beneficia de su actitud sumisa, al contrario, perece cada vez más a efectos electorales. No hay duda, en las regiones donde el Partido Popular se mantiene firme, no sumiso y con principios, es donde mejores resultados obtiene.
El votante no socialista tiene una ventaja fundamental: su independencia y su libertad. También, no debemos olvidar que, en el campo de las ideas son superiores puesto que las experiencias socialistas vividas en el siglo pasado han demostrado sus desastrosos resultados, siempre terribles para la humanidad.
No hay que callarse, se debe decir lo que se piensa, sin olvidad que el liberalismo es, con diferencia, muy superior al socialismo por muy light que éste se presente. La gente lo entiende perfectamente y los resultados electorales de regiones como Madrid lo convalidan.
La batalla por gobernar un país se debe librar en las mentes de los votantes, no en sus estómagos. Una crisis económica siempre ofrece mejores oportunidades a los populistas demagogos que hacen políticas electoralistas de corto plazo pero que son desastrosas para el futuro de una sociedad. Por eso no hay que esperar que la crisis, por sí sola, expulse a gobiernos populistas.
¿Existe esperanza? Sí, rotundamente, aunque es necesaria una regeneración completa en el Partido Popular. Urge una limpieza a nivel de liderazgo echando mano de la cantera que sigue manteniendo su ilusión y ganas de gestar la lucha por la libertad y el progreso de España; sin olvidar tampoco, que todos debemos hacer un esfuerzo descomunal para posibilitar que la sociedad despierte de su cotidianidad mediatizada en la que se ha perdido la percepción de la realidad.
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